Con la finalidad de incrementar la calidad del ejido San Pedro Jacuaro, ubicado en el municipio de Ciudad Hidalgo, Michoacán y con ello lograr su certificación forestal; el profesor investigador de la Facultad de Ingeniería en Tecnología de la Madera de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), José Cruz de León, se encuentra realizando diagnósticos bajo normas nacionales e internacionales. En este sentido, el investigador nicolaita señaló que de manera independiente se encuentra apoyando a esta comunidad indígena, que tiene alrededor de dos mil hectáreas de pino y oyamel, con aspectos que no consideraban en su manejo forestal como lo es la tecnosilvicultura. “La tecnosilvicultura implica aplicar podas desde que el árbol es pequeño para que produzca madera de calidad sin nudos, resinación o defectos; es decir, si tengo un árbol de 15 centímetros de diámetro y 8 metros de altura se poda hasta los 4 metros y el proximo año crecerá muy rápido porque no hace tanto esfuerzo en alimentar a las ramas que tenía y que además en el bosque no le sirven de nada porque solo las de arriba realizan fotosíntesis”. Asimismo, José Cruz de León afirmó que se les está orientando en el manejo de suelo para que esté blando y las raíces de los árboles puedan penetrar mejor, al igual que el agua. Resaltó que actualmente el ejido cuenta con los árboles más grandes que hay en México de la especie pinus pseudostrobus, por lo que buscarán que sean utilizados para educación forestal. “Tienen árboles muy interesantes de hasta un metro de diámetro y 50 metros de altura, son gigantes naturales y estamos recomendando que los dejen en el bosque para que queden como árboles históricos y que los usen para educación forestal invitando a las escuelas para que visiten estos ejemplares de aproximadamente 200 años de antigüedad”. Aunado a esto, aseveró que si se impregna la madera contra la polilla se pueden garantizar hasta 50 años de utilidad, por lo que la tecnosilvicultura que se les está enseñando está basada en conocimientos de ciencia y tecnología para conservar la calidad. Con este proyecto, se vería beneficiadas 250 familias con empleos directos, además de que se espera que se reparta el 66 por ciento de ganancias y el 33 por ciento lo reinviertan para seguir mejorando el bosque y hacer crecer la industria de manera competitiva. “Estamos aplicando una ecuación del 1.3, lo que significa que si la ganancia que se obtiene en el aserradero pasa del 30 por ciento pueden continuar con el proyecto, de lo contrario solo se estaría afectando el bosque. Las ganancias beneficiarán por lo menos un 50 por ciento más de aquí a 10 años”. Finalmente, el investigador nicolaita mencionó que este proyecto está siendo apoyado por una tesista de maestría en la realización de la evaluación para la certificación forestal de los ejido San Pedro Jacuaro y Santa María de los Ángeles, este último ubicado en el municipio de Tlalpujahua. “Este proyecto requiere específicamente de dos años de trabajo; sin embargo el acompañamiento tiene que ser permanente mediante pláticas, cursos de capacitación, asesoramiento de venta, entre otros aspectos para que el desarrollo de los ejidos sea de manera integral”.