Van al rescate de comunidades que sufren por violencia en Tierra Caliente

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Los habitantes de la Tierra Caliente reciben una serie de trabajos con el fin de rescatarlos de las garras de la violencia

Salvador Rodríguez/La Voz de Michoacán

Apatzingán, Michoacán. La violencia cambia a las comunidades y a las personas que viven en ella, genera miedo e incertidumbre, las personas sean víctimas o no, dejan de visitar a familia y amigos, abandonan los espacios públicos, dejan de salir a determinadas horas, quienes tienen oportunidad cambian su residencia y quienes no, continúan su vida con temor. Una comunidad que no se relaciona, que pierde su interacción y se abandona es más  propicia para reproducir la violencia y la delincuencia.

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Por esta situación, la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas en colaboración y coordinación con las parroquias de Antúnez, municipio de Parácuaro y de Presa del Rosario, municipio de Apatzingán, implementan el proyecto "Yo, mis emociones y mi comunidad", con el objetivo de proporcionar herramientas para que las comunidades atiendan situaciones de la vida cotidiana que afectan su estado emocional y psicológico derivadas de la violencia en la región.

Habitantes de la Tierra Caliente reciben una serie de trabajos con el fin de rescatarlos de las garras de la violencia

De igual manera que las actividades les permitan desarrollar mejor comunicación, auto conocimiento y relaciones sociales adecuadas con la comunidad y su entorno. Se han dado cita en estas localidades un equipo de psicólogas y psicólogos coordinados por el jefe del Departamento de Capacitación, Raúl Armando Ramos Castillo, y el jefe del Departamento de Atención Médica-Psicológica, Eduardo Reyes Jerónimo, así como el apoyo de los sacerdotes Juan Carlos Mejía y José Luis Segura, quienes han propiciado las condiciones necesarias para que las comunidades participen y se involucren.

En este inicio de actividades se atendió a 50 niñas, niños, adolescentes y jóvenes y a 30 adultos, hombres y mujeres. Además de la participación de catequistas que serán replicadores de este proyecto en otras comunidades afectadas por la violencia, de manera conjunta CEEAV y parroquias se proponen usar la educación popular y la atención psicológica para generar comunidades resilientes a la violencia y fomentar una cultura de paz.

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