El cuerpo de Antonio Zambrano Montes llegó la madrugada de este viernes a la comunidad nahua de Pómaro, en el municipio de Aquila, donde lo esperaban sus padres, Jesús Zambrano Hernández y Agapita Montes. Los restos del migrante michoacano abatido el pasado 10 de febrero por policías de la ciudad de Pasco, en el estado de Washington, son velados en la casa comunal de Pómaro y serán sepultados al medio día del sábado en el panteón de la comunidad. La madre de Zambrano Montes arribó al país desde el martes pasado procedente de la ciudad de Seattle, donde se lleva el juicio por el asesinato de su hijo, y aterrizó en la ciudad de Colima para después viajar por tierra casi 300 kilómetros hasta Pómaro; sin embargo, comentó que pronto tendrá que regresar a los Estados Unidos para comparecer ante la corte. En esta comunidad nahua que comprende casi el 50% del territorio del municipio de Aquila -pero donde las comunicaciones y los servicios públicos son deficientes- casi todos han visto el video en el que varios policías disparan contra Zambrano Montes cuando él ya se había rendido: "fue un asesinato cobarde y no hubo clemencia", es el veredicto casi unánime. Alrededor de un centenar de personas se ha reunido en torno al féretro metálico en que yace el joven de 36 años que salió de esta tierra hace una década para buscar otra suerte. "Ya me lo trajeron, pero no como yo esperaba, yo lo esperaba en otra forma pero ya fue inútil; esperemos que el gobierno haga justicia y les dé su merecido... ¡Qué más me queda decir!" señaló Jesús Zambrano, que ronda silencioso entre los que recuerdan a su hijo.