Redacción / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán, 29 de marzo de 2013.- Ritos y tradiciones surgidos de la mezcla entre el fervor europeo y el sentir del pueblo Purépecha, enriquecen durante la Semana Santa la vasta relación de atractivos que el estado de Michoacán ofrece al visitante. Además, la Semana Santa brinda la oportunidad de palpar la más íntima estructura del tejido social de pueblos y comunidades michoacanas, donde los hombres y mujeres que son “cargueros”, “semaneros” o miembros de los Concejos de Ancianos mantienen la cohesión de la etnia en torno a la herencia cultural. Se suceden por todo el estado una serie de actividades que van de la elaboración de coloridos dulces, a las impactantes expresiones luctuosas que realizan feligreses encapuchados al caer la noche, conocidas como “procesiones del silencio”. Este día destaca el uso de imágenes religiosas de los siglos XVI al XVIII en las procesiones que se llevan a cabo en Tzintzuntzan, Pátzcuaro y Tlalpujahua, entre otros lugares. Es relevante la tradición de Tzintzuntzan, donde los fieles varones practican inusuales formas de penitencia que incluyen el uso de grilletes originales de la época de la conquista e instrumentos bajo resguardo del Concejo de Ancianos. Con los grilletes aprisionando sus tobillos, durante la mañana algunos piden limosna mientras avanzan de pie o de rodillas y otros cargan pesadas cruces. Pero conforme avanza el día, también se observa más rigor en las penitencias que continúan hasta avanzada la madrugada. Como las mandas sólo admiten los grilletes originales, los últimos participantes deben esperar a que alguno de los primeros concluya su ruta de penitencia para tomar de él las herramientas de tortura. En Tarímbaro y en Indaparapeo las representaciones inician por la mañana pero al anochecer, esta última comunidad realiza una simbólica misa “a oscuras”. En Pátzcuaro y Tlalpujahua, durante la noche se realizan procesiones del silencio donde los feligreses llevan imágenes de Cristo que datan de los siglos XVI al XVIII. En Morelia también se vive la procesión del silencio con un recorrido que cubre el centro histórico de la ciudad y dura alrededor de tres horas. Además se interpretan Saetas frente a diversos balcones elegidos como los más bellos de la Avenida Madero y otras calles. En el viernes santo destacan también las representaciones de Charo, La Piedad, Ucareo, Villa Morelos, Tangamandapio, Pichátaro y Panindícuaro, además de Aquila, en la región costera del estado.