AGUACATE, INICIA LA BATALLA POR EL AGUA EN 20 DÍAS METEN TUBERÍA EN UN CERRO PARA SAQUEAR PRESA

Texto: Jorge Manzo, Omar Cuiriz / Fotografía: Christian Hernández, Omar Cuiriz

“Las guerras del próximo siglo serán por agua”, advirtieron los expertos desde finales del siglo pasado.

Yoriscostio, poblado perteneciente Tacámbaro, Michoacán, emporio aguacatero, de no más de mil 500 pobladores, empezó ya la temida batalla por el agua. Fuereños entraron con maquinaria sin aviso hasta la presa Las Yácatas, atravesando serranía, predios y terrenos de los lugareños de El Agostadero, comunidad que hasta ahora regaba sus campos y bebía del líquido sin inconveniente.

A inicios de diciembre de 2020 alrededor de 10 hombres escarbaron kilómetros para meter tubería de PVC de 10 pulgadas a una profundidad aproximada de un metro, la cual estuvo a punto de ser conectada a la presa para llevarse el agua hasta otras tierras y así abastecer sus aguacatales. De acuerdo con testigos, 150 mil pesos por hectárea es el costo de la vida. Parece un jugoso negocio.

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Los habitantes de este poblado, en donde aún sobrevive una amplia superficie de pino y oyamel pero que poco a poco es carcomida por aguacates, desde 1970 cuentan con una concesión expedida por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) para el aprovechamiento del agua que escurría por el arroyo Piedra Amarrilla que bajaba desde lo más alto de las montañas, hasta que 43 años después fue construida dicha presa con el objetivo de almacenar cantidades de líquido que ayudaran a paliar el estiaje y recargar los mantos acuíferos de la zona.

Al tener un uso doméstico y suministrar las zonas de riego de hortalizas y ganado, los pobladores advierten que van a proteger el vital líquido hasta sus últimas consecuencias.

EL FUNCIONAMIENTO DE LAS YACATAS

Las compuertas de la presa únicamente se abren cuando arrecia la sequía. El año pasado fue benévolo con las lluvias por lo que el cuerpo de agua situado en la parte alta de la sierra de Yoriscostio, registra niveles importantes de almacenamiento.

En un recorrido hecho por el equipo de La Voz de Michoacán, se observó y documentó que los pobladores se abastecen con el líquido que escurre –el excedente- y que su tubería va conectada al río para evitar que haya desperdicio en el trayecto. Sin embargo, denuncian que la asociación de riego de Tacámbaro busca conectarse directamente al centro de control de la presa Las Yacatas.

Para lograr esta misión, les bastaron 20 días para instalar la tubería, tirar árboles y pinos, borrar caminos e invadir predios ajenos destrozando mangueras del agua potable que usan las familias del lugar. El agua que buscan llevarse representa varios millones de pesos.

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En el caserío en El Agostadero no es una zona de aguacateros acaudalados, sino que representa a personas que viven del campo, que labran sus tierras para producir chile, maíz, calabaza y también el llamado oro verde. De ese trabajo comen y subsisten.

Ahora, estas familias temen quedarse sin agua, pues aseguran que el saqueo no sólo acabaría con la presa, sino con el río y aunque no lo dicen ante las cámaras, sienten amenazas. “Si dejamos que se la lleven, quizá uno que está un poco más grande, pero qué futuro le dejaremos a nuestros hijos”, comparten los vecinos a este medio de comunicación desde el punto donde alcanzaron a frenar esas obras clandestinas que, aseguran, en pocos meses los dejarán secos.

El pequeño grupo de presuntos invasores, parecía que conocía perfectamente el territorio, su ingreso fue rápido y sencillo, escarbaron estratégicamente sin inconvenientes, hasta que los vecinos pararon en seco a los trabajadores. Los autores no acudían a dialogar pese a que se les envió la petición en varias ocasiones, lo único que plantearon los constructores era que fueran a ponerse de acuerdo con ‘los jefes’, pero lo lugareños en un principio plantearon que los interesados eran los que tenían que acudir al lugar para explicar lo que pretendían, al pasar los días concluyeron que no había nada qué dialogar, pues “el agua está concesionada. No hay razón ni justificación para entregársela a alguien más. No hay margen de negociación”.

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CONAGUA DICE QUE INTEVENDRÁ EN ZONA FEDERAL

Los habitantes defenderán el paso del agua por su comunidad. Es el cauce natural, no están alterando absolutamente nada. Incluso, Conagua reconoció en un documento enviado a esta casa editorial que la presa es propiedad de particulares quienes la construyeron para distintos propósitos como beneficiar con riego una superficie de 225 hectáreas, las cuales pertenecen a la “Unidad de Riego Yoricostio” y por su ubicación en la parte alta, recarga de mantos acuífero de la zona, así como para fines turísticos y recreación.

A mediados de diciembre, los lugareños oficializaron su denuncia ante la dirección local, acusando el desvío de las aguas, para acercarla a la presa La Cofradía.

La Conagua acudió a la zona un par de días después de que se presentó la denuncia, el 17 de diciembre y justo durante la supervisión, había maquinaria trabajando en la colocación de la tubería en las proximidades de la compuerta de la presa Las Yacatas. En el transcurso del recorrido se ubicó un punto en el que se observó la ocupación del cauce y la zona federal del río Piedra Amarilla con el tendido de la tubería que conduciría el agua a La Cofradia, proyectado en un tramo de unos 9 kilómetros, en el cual estarían ocupando cauce y zona federal de los ríos Piedra Amarilla y Puente Obscuro. Los denunciados niegan que se intente despojar del agua, sin embargo, no han hecho públicas sus intenciones a las que consideran “malos entendidos”.

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De acuerdo con el director de la Conagua en Michoacán, Eliseo Villagrana, el presidente de la asociación de usuarios del río Tacámbaro, Miguel Ángel Maldonado, les informó que no tienen la intención de despojar de las aguas a los derechosos de la Unidad de Riego Yoricostio y que la administración que él encabeza está en la mayor disponibilidad de dialogar. Pero, los habitantes lo tienen muy claro: no tiene sentido realizar una obra de ese tamaño, más que para llevarse el agua.

“Ellos están haciendo cambio de uso de suelo y el agua que tienen ya no les alcanzan para suministrar todas las hectáreas de aguacate que tienen, todos sabemos que es algo ilegal e ilícito”, comenta uno de los pobladores.

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Según la Organización Mundial del Aguacate, en la actualidad la cantidad necesaria de agua para producir un oscila entre los 600 – 700 litros. Antes hasta 400 litros se requerían. El vital líquido es justo la joya de la corona para lograr esos huertos productivos de las familias que se han dedicado a invertir en esa zona, en donde por fortuna aún sobrevive una reserva importante de especies naturales que ayudan a la recarga acuífera.

La presa tiene una capacidad de poco más de 1 millón 100 mil metros cúbicos, equivalentes a 800 millones de litros de agua. Está sentada sobre un terreno de 16 hectáreas. La cortina de contención es de unos 130 metros de largo y 9.5 metros de alto. Fue construida con la idea de recargar los mantos de la cuenca, la siembra de peces para el fomento de la piscicultura y para crear un parque ecoturístico. Requirió una inversión de 11 millones de pesos, los cuales fueron aportados por el gobierno federal (5 millones de pesos), el municipio (4.2 millones de pesos) y los usuarios de Tacámbaro (2.5 millones de pesos), según lo que en su momento difundió el gobierno municipal. La gestora de la obra fue la diputada panista Berenice Álvarez.

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Conagua lo confirma. La obra de la presa no es prioridad de la nación, sino de particulares y la responsabilidad de su operación está a cargo de los beneficiarios. Rápidamente se deslinda: la Comisión Nacional del Agua no tiene jurisdicción en terrenos aledaños a la presa, por lo que su intervención y resoluciones serán dirigidas en el cauce y zona federal del arroyo Piedra Amarilla así como en lo relativo a la explotación, uso o aprovechamiento de aguas nacionales. “Si los beneficiarios de la Presa Las Yácatas consideran que hay un posible desvío de las aguas de las que ellos sean concesionarios o derechosos, pueden hacerlo valer frente a las autoridades cuya facultad está establecida en las leyes adjetivas y sustantivas civiles y penales”.

Sin embargo, lanza una seria advertencia: si se pretende el uso de aguas nacionales sin concesión, se actuará. Reconoce que el motivo del conflicto es el supuesto despojo de aguas que se pretende hacer mediante su desvío por medio de tubería, por tanto, los que se digan despojados tendrán que demostrar que son los concesionarios y hacer valer sus derechos ante la autoridad competente, en este caso ante la Fiscalía.

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USAN AMENAZAS

Los lugareños saben que del otro lado hay un poder económico impresionante, tanto que en días lograron hacer una obra que a cualquier persona le hubiese costado bastante tiempo. No está en contra de que usen el agua que les corresponda, siempre y cuando no se desvíe ni se les quite a ellos, pues son los primeros derechosos.

“Hasta ahorita hemos estado viendo a las autoridades, se le dio a conocer a Conagua, vinieron a ver el problema y hasta la fecha no han venido a sellar los tubos”, manifestó otro poblador.

“Hemos recibido llamadillas, simplemente en lo que estuvieron haciendo la obra nos dijeron que lleváramos la fiesta en paz, pues en el momento que paráramos la fiesta iba a comenzar lo bueno, en otras palabras, pues ya sabe uno a que se refieren”, contó un poblador.

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Señalan que se unió la gente y que han tenido bastante respaldo de todos y que legalmente no se pueden llevar el agua porque “tenemos la documentaicón correspondiente para que no se la lleven, pero así ya como dicen ellos ‘por la buena’, pues ya ocupamos la intervención y apoyo de las autoridades correspondientes”.

“El agua de aquí no se la van a llevar, ya estamos decididos y dimos el primer paso a pararlos y ahora tenemos que seguirle, porque ellos andan a la brava aquí”.

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