Arturo Molina / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. La peor crisis económica de los últimos 100 años, el incremento sostenido de inseguridad, la deuda pública a largo plazo de más de 20 años acumulada y la desconfianza ciudadana hacia las instituciones, serán lo principales retos a los que se enfrentará quien resulte electo en las urnas para el próximo 2021. La gubernatura de Michoacán como la joya de la corona en nuestro estado, representará también un desgaste importante tanto para la figura política como para el partido que arribe al puesto del jefe del Ejecutivo estatal. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) anunció que, si bien 2020 ha sido un año difícil en términos económicos, se espera que el 2021 se complique aún más por el agotamiento de los fondos federales. Los recortes a las participaciones y a los presupuestos se verán materializados a partir del próximo año, con lo que se espera un fuerte impacto a las finanzas estatales. En Michoacán, el panorama económico no es bueno. Solo para el cierre de este año se espera un déficit presupuestal de más de 2 mil 500 millones de pesos, al cual se suma a la determinación de la federación de no bajar más recursos a las entidades federativas como parte de las políticas de austeridad. Asimismo, la deuda a largo plazo del Gobierno del Estado de Michoacán se encuentra estimada solo en 28 mil millones de pesos, casi un 40 por ciento del presupuesto anual para el estado, y el cual sigue creciendo con el paso de los años y con intereses que siguen representando un lastre económico para la entidad. En cuanto a la inseguridad, el panorama también es complejo. En comparación al 2015, cuando llegó la actual administración la tasa de homicidios dolosos como la punta de los delitos de alto impacto, aumentó. Prácticamente cada año, desde el 2018 Michoacán bate marcas en cuanto a las cifras de homicidios. En términos de incidencia delictiva en homicidios, la tasa de carpetas de investigación es de 10.96 por cada 100 mil habitantes, la cual representa más del doble de las que se iniciaban en el mismo periodo de tiempo pero del año 2015. Los datos anteriores ya perfilan al 2020 para convertirse en el año más violento en la historia recientes por encima del 2019, tendencia que se repite desde hace al menos 4 años. De nueva son las grandes ciudades como Morelia en dónde se concentran la mayor cantidad de homicidios, muchos de ellos con indicios de haber Sido perpetrados por grupos delictivos o ajustes de cuentas. La presencia de grupos del crimen organizado como principal fenómeno generador de violencia del estado, será otro de los grandes retos para el próximo generador. Las Fiscalía General de la República ha señalado entre 4 y 5 grupos delictivos de gran envergadura disputándose las grandes ciudades y regiones para el trasiego de drogas y otras actividades económicas. La confianza ciudadana hacia los funcionarios públicos sigue por los suelos. Según información del Instituto Nacional de Geografía y Estadística, los Gobiernos estatales son la quinta institución con nivel de confianza más baja a nivel nacional. En el caso de Michoacán, el 84.9 por ciento considera al gobierno local como corrupto, mientras que la cifra nacional es aún más baja, con un total de 75 por ciento.