IGUALA, México (AP) — Las autoridades trabajaban el lunes en determinar si los 28 cuerpos encontrados en fosas clandestinas en Iguala son de algunos de los estudiantes normalistas que desaparecieron hace unos días tras ser atacados por policías municipales, al parecer por órdenes de un grupo del narcotráfico. En la capital del país, el presidente Enrique Peña Nieto dijo que son "indignantes, dolorosos e inaceptables" los recientes ataques que llevaron a la desaparición de 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa y se comprometió a ayudar a esclarecer los hechos para evitar que haya impunidad. El procurador del estado sureño de Guerrero, Iñaky Blanco, dijo el domingo por la noche que los cuerpos están muy deteriorados para ser identificados de inmediato y que las pruebas genéticas podrían demorar entre dos semanas y dos meses para determinar si corresponden a algunos de los estudiantes que desaparecieron en la localidad de Iguala, unos 200 kilómetros al sur de la ciudad de México. Las autoridades han detenido a 26 personas, la mayoría policías de Iguala, por su presunta participación. Uno de los arrestados aseguró a las autoridades que 17 de los estudiantes fueron llevados a una de las fosas localizadas y los mataron ahí, presuntamente por órdenes de Guerreros Unidos, un grupo del narcotráfico. Sin embargo, el procurador dijo que mientras no sean identificados los cadáveres se mantendrá la búsqueda de los estudiantes. En un mensaje a la prensa en el que no aceptó preguntas, el presidente Peña Nieto dijo que su gobierno colaborará con las autoridades de Guerrero para "conocer la verdad y asegurar que se aplique la ley a los responsables de estos hechos que son sin duda indignantes, dolorosos e inaceptables". El mandatario habló en medio de preocupaciones de organizaciones internacionales de que sea un posible caso de ejecuciones sumarias, como temen ocurrió hace unos meses en una zona cercana. Además del caso de Iguala, en el que la policía local está implicada, a finales de junio ocho miembros de un batallón del Ejército fueron detenidos, y tres de ellos acusados de homicidio, por la muerte de 22 presuntos delincuentes tras una confrontación en el Estado de México, vecino a Guerrero. Peña Nieto ha minimizado la violencia en el país, al tiempo que se ha enfocado en reformas políticas y económicas que ha promovido en los últimos dos años. Su administración ha reportado una baja en los homicidios, aunque delitos como extorsión y secuestro han aumentado. Las familias de los estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa convocaron a una protesta nacional para el miércoles, a la que se espera que se sumen alumnos y profesores. "El país se va a paralizar", dijo Manuel Martínez, vocero de las familias de los estudiantes, sobre la protesta. El procurador de Guerrero había dicho la víspera que los asesinos abrieron las fosas en una zona muy agreste en las faldas de un cerro a dos kilómetros de cualquier camino, hicieron una cama de ramas y troncos, colocaron encima los cadáveres y luego les prendieron fuego tras rociarlos con una sustancia inflamable. Las fosas que fueron localizadas el sábado en las afueras de una barriada marginal de Iguala son unos enterramientos "profundos y recientes", dijo un funcionario que estuvo en el lugar y habló con la AP a condición de no ser identificado. Añadió que los cuerpos estaban "completamente carbonizados", algunos incluso "sin ningún tipo de tejidos". El 26 de septiembre un grupo de estudiantes de la escuela Normal Rural de Ayotzinapa — un especie de internado conocido por sus fuertes acciones de protesta y activismo de izquierda y a la que asisten alumnos de comunidades muy pobres— tomó varios autobuses en Iguala para usarlos en sus manifestaciones pero fueron atacados en varias ocasiones. Para Blanco hay evidencias suficientes para afirmar que la policía local y "sicarios a su servicio" fueron los probables responsables de esos ataques y del homicidio de seis personas —entre ellos tres estudiantes y un futbolista de 15 años-, así como de la desaparición de los 43 alumnos de la escuela Normal. Entre otras pruebas habló de un video en el que aparecen policías llevándose a una cantidad indeterminada de estudiantes después de uno de los ataques. Según la información en poder de la investigación, el jefe de la policía de Iguala, Francisco Salgado Valladares, actualmente prófugo, dio la orden de detener a los muchachos y fue uno de los líderes del grupo criminal Guerreros Unidos el que ordenó 'levantarlos' (desaparición forzada) y ejecutarlos, aseguró Blanco.