Dos sacerdotes de nombre Alfredo, en distintos hechos, los asesinados en menos de un mes en 2016

¿Quiénes eran estos padres? Por el homicidio de uno hay dos militares sentenciados; en el otro hace unos días la FGE detuvo a dos presuntos culpables, uno de ellos hermano de la víctima.

Foto: Contra Réplica

Juan Carlos Huante / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. No se trata del mismo sacerdote, aunque el año y relativamente la poca diferencia de días coincidan. Son dos casos diferentes y de víctimas pertenecientes a distintas demarcaciones eclesiásticas, pero ocurridos en Michoacán en 2016.

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En uno de los hechos hay dos personas sentenciadas por su responsabilidad en el homicidio; en el otro, antier la Fiscalía General del Estado (FGE) informó de la detención de dos presuntos culpables.


AGOSTO DE 2016            

El 25 de agosto de ese año ocurrió un asesinato en una vivienda de la calle Sánchez de Tagle, en la colonia Centro de Morelia. Cuando elementos de la FGE atendieron el reporte, en un primer momento descubrieron huellas de saqueo y el supuesto robo de un vehículo.

Al continuar con las investigaciones se determinó que el homicidio fue premeditado: un hermano del occiso, su pareja y otras personas, lo golpearon, le ocasionaron heridas con un arma punzocortante y lo asfixiaron.

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El fallecido es Alfredo Fulgencio Hernández, sacerdote en retiro de 56 años de edad, no perteneciente al presbiterio de la Arquidiócesis de Morelia, sino que, según los datos recabados por La Voz de Michoacán, su ministerio sacerdotal lo ejercía en Guadalajara.

El religioso, de acuerdo con la información recabada, tenía una capilla en ese domicilio marcado con el número 73 donde oficiaba misa, también vendía antigüedades en un inmueble de la calle Corregidora, en el mismo Centro Histórico.

Por este hecho se detuvo a Rodolfo “N” y la pareja de éste, Niria “N”, –el primero hermano del padre–, como presuntos responsables de los delitos de homicidio en razón de parentesco y homicidio calificado, mismos que fueron presentados ante el Juez de Control, que obsequió la respectiva orden de aprehensión.

Con fecha del 26 de agosto del 2016, la página de Facebook de “Abogados Liberales y Democráticos de Michoacán A.C.”, expresó sus condolencias al licenciado Eduardo Fulgencio Hernández por el fallecimiento de su hermano.

“Lamentamos el deceso de Alfredo Fulgencio Hernández, víctima de la delincuencia que se vive en la ciudad Morelia, esperando la inmediata intervención de la autoridad para que no persistan estos hechos. Esperamos pronta resignación de la familia, y a nuestro compañero y amigo, el Lic. Eduardo Fulgencio Hernández, nuestro más sincero pésame”, se indicó en el sitio de la cuenta de la red social.


SEPTIEMBRE DE 2016

El otro Alfredo, José Alfredo López Guillén, era párroco de la comunidad de Janamuato, del municipio de Puruándiro, y fue reportado como desaparecido, así lo confirmó el entonces arzobispo de Morelia y actual cardenal, Alberto Suárez Inda, antes que la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) lo diera a conocer, aunque ya las investigaciones estaban en curso.

Sobre este evento, que se convirtió mediático, incluso un portal de noticias local difundió un video donde presumiblemente el cura habría sido captado en un hotel con un menor de edad de Puruándiro, lo que resultó falso, pues una mujer aclaró que era su esposo y su hijo los que aparecían en la videograbación; también Suárez Inda desmintió esa información.

El informe de Procuraduría indicó que el presbítero fue privado de su libertad luego de sostener una discusión con dos hombres con los que convivía en su casa.

La PGJE agregó que los individuos sometieron al sacerdote, a quien maniataron con algunas prendas de vestir y lo envolvieron con una cobija, para luego colocarlo en la cajuela de un vehículo Jetta color blanco, propiedad de López Guillén, unidad que fue sacada de la casa parroquial, así como una camioneta Chevrolet tipo Tornado.

También se determinó que los señalados se apoderaron de varios objetos de valor y los subieron a una de las unidades, las cuales fueron conducidas por cada uno de los sujetos y se retiraron del inmueble rumbo al municipio de Zináparo; sin embargo, a la altura del predio conocido como El Guayabal, bajaron al sacerdote y lo privaron de la vida, ocasionándole cuatro heridas por proyectil de arma de fuego.


ERAN MILITARES

Tras las pesquisas de la PGJE, se logró acreditar la responsabilidad de Francisco J.,  y Vicente A., miembros de la Secretaría de la Defensa Nacional, quienes fueron aprehendidos, y tras posterior valoración del Tribunal de Enjuiciamiento, se resolvió el fallo condenatorio en su contra.

A los señalados se les acusó de delitos de homicidio calificado y robo calificado grave.

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