Arturo Molina / La Voz de Michoacán Ante la necesidad de mantener la coordinación entre entidades federativas de Michoacán, Guanajuato y Querétaro, administraciones de dichas entidades estrecharon este lunes vínculos de coordinación regional. Desde hace al menos 5 años, la región que converge entre Michoacán y Guanajuato se mantiene como uno de los focos de violencia más agudo a nivel nacional, con las cifras más altas de homicidios dolosos y enfrentamientos, por lo que los gobiernos estatales buscan conjuntar esfuerzos para contener fenómeno. La región del Bajío mexicano, en la cual se encuentra inserta el norte del estado de Michoacán, requiere de estrategias conjuntas en cuanto a la persecución y atención de la incidencia delictiva, trascendió en el encuentro entre autoridades celebrado en la ciudad de Morelia. Fue en la sede de la XXI Zona militar en que se reunieron los encargados de la política interna de los tres estados antes mencionados; Guadalupe Murguía Gutiérrez, de Querétaro; Libia Denisse Muñoz Ledo, de Guanajuato, y Carlos Torres Piña, de Michoacán. En voz de este último, el objetivo principal de la reunión de este inicio de semana se enmarca en el contexto de coordinarse en la estrategia nacional para la construcción de una paz duradera. Foto: Víctor Ramírez, La Voz de Michoacán. Asimismo, señaló la importancia de que las regiones militares, los titulares de seguridad pública e incluso las Fiscalías homólogas de los tres estados se coordinen en la estrategia en la que es considerada como una de las regiones más complejas en términos de violencia y fenómenos delictivos achacados al crimen organizado. “Nos reunimos para reforzar los trabajos de coordinación. Es prioridad para el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla tener interlocución permanente con autoridades de los estados vecinos, y colaborar con acciones conjuntas en la ruta de construcción de la paz”, afirmó Torres Piña. En la reunión de trabajo también participaron los comandantes de las regiones militares de Guanajuato y Querétaro, así como los secretarios de Seguridad y fiscales generales de las entidades participantes en el encuentro. Región convulsa Desde principios de la década pasada, el triángulo que conforman Michoacán, Guanajuato y Querétaro en la región del Bajío ha sido escenario de uno de los fenómenos delictivos más difíciles de abordar días; el huachicoleo. Desde entonces, al calor de las ganancias que dejaba robo de combustible se fraguaron grupos delincuenciales que se apoderaron de territorios completos, principalmente en el estado vecino de Guanajuato y las colindancias entre las tres entidades, principalmente para la ordeña de ductos de Pemex. Entre Michoacán y Guanajuato se concentraron prácticamente una cuarta parte del total de los homicidios dolosos registrados en los últimos años a consecuencia de la presencia de los grupos delincuenciales y la pugna por el control de las distintas actividades y trasiego. Presencia de carteles en los límites territoriales A su llegada al Gobierno de Michoacán, la administración actual reconoció la presencia de 12 cárteles que se disputan el control de actividades delincuenciales principalmente en los límites del territorio michoacano. Dicho fenómeno, es el principal motor de la incidencia delictiva y de violencia generalizada tanto en las zonas urbanas como rurales. Si bien, al menos cinco de los grupos delictivos provienen del otro lado de los cinco límites territoriales del estado, ha sido la pugna con los locales lo que ya derivó en condiciones de enfrentamientos constantes en diferentes regiones ante el intento dominar las rutas de producción, trasiego y consumo de drogas, así como las actividades delictivas y lícitas de la zona. Entre los grupos de mayor “envergadura” se encuentra el Cártel Jalisco Nueva Generación, Los Viagras, Cartel Tepalcatepec, Cárteles Unidos, los Caballeros Templarios, Familia Michoacana, Blancos Troya, y el Cárte de los Correa. En lo que refiere al norte del estado, se ha señalado al Cartel de Santa Rosa de Lima al intentar ocupar y controlar las actividades delincuenciales de municipios como Tarímbaro, Cuitzeo, Copándaro, Santa Ana Maya y Puruándiro. Incluso se ha señalado la presencia de dicha célula en la ciudad de Morelia.