Redacción / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Los drones que grupos de la delincuencia organizada han usado en Tierra Caliente para lanzar ataques con explosivos tienen la leyenda “Made in China”, pues según mandos castrenses, la mayoría de estos aparatos que el Ejército ha decomisado proviene del país asiático. En una nota publicada este martes por Milenio, autoría de Jorge Martínez y César Cabrera, se detalla que del año pasado a la fecha han sido decomisados 23 drones adaptados por el crimen organizado para soltar artefactos explosivos contra autoridades, población civil y grupos antagónicos. Los aseguramientos se han dado principalmente en Tepalcatepec, pero también en Aguililla, Apatzingán y Cotija, donde ya se ha dado cuenta de ataques con explosivos. Según el reporte, predominan los drones de la marca china DJI, en particular del modelo Mavic, que se pueden conseguir a un precio de entre 8 mil y 15 mil pesos. A partir del 1 de agosto de este año, el gobierno de China impuso restricciones a sus exportaciones de drones para evitar que se usen con fines no pacíficos, informó el lunes el Ministerio de Comercio de ese país, esto ante reportes de que estos artefactos eran usados en la guerra entre Ucrania y Rusia. En tanto, de acuerdo con datos del Banco de México, las importaciones de drones provenientes de Asia sumaron más de 9 millones de dólares entre enero y mayo de este año. En Michoacán, estos aparatos eran utilizados para labores agrícolas, pero ahora han sido reconvertidos por la delincuencia organizada. En menos de un mes se han registrado al menos siete ataques con explosivos en rancherías de Apatzingán, que causaron daños a viviendas y vehículos. El hecho más reciente sucedió la mañana de este lunes en zonas cercanas a cultivos de limón en las comunidades de Puerta de Alambre, Lomas de Los Hoyos, Las Bateas y El Guayabo. Los primeros ataques con drones de los que se tienen registro ocurrieron a principios de 2021, en poblaciones de Tepalcatepec, en medio de un conflicto entre el Cártel Jalisco Nueva Generación y los grupos de autodefensa. En ese entonces se arrojaron artefactos artesanales, con explosivos y fragmentos de metal, que al chocar contra el suelo detonaban. Después, los criminales emplearon granadas de fragmentación sujetas al dron. Recientemente, las autoridades han encontrado morteros artesanales. Un dron tradicional, utilizado en labores de video y fotografía, es ligero, por lo que la batería puede durar de 20 a 30 minutos, pero los aparatos manipulados por grupos del crimen organizado son de función agrícola, con una mayor capacidad de carga y capaces de volar por una hora, y son de los que se están usando en Tierra Caliente. Soportan carga pesada, incluso galones de 20 litros, pero la delincuencia los adapta para montarles explosivos mediante un sistema que permite que al oprimir un botón de forma remota se libere un gancho y suelte la carga. En tiendas en línea, como Amazon o Mercado Libre, se ofertan en mil a dos mil pesos, aproximadamente. El uso de drones por parte de la delincuencia organizada no se limita a Michoacán, también se han registrado ataques con esos aparatos en el municipio de Cocula, en Guerrero. La semana pasada, el presidente Andrés Manuel López Obrador envió a la Comisión Permanente una iniciativa de ley para castigar con hasta 60 años de cárcel el uso de drones para transportar, activar o detonar armas, municiones y materiales para uso exclusivo de las Fuerzas Armadas. Las reformas propuestas al Código Penal Federal establecen condenas que van de 15 a 40 años de prisión; así como una multa de 400 a mil 200 veces el valor diario de la Unidad de Medida y Actualización a quien utilice aeronaves pilotadas a distancia para cometer delitos contra personas o bienes.