EFE / La Voz de Michoacán Madrid. Ciudades como Ámsterdam, París, Londres, Medellín o las españolas Vitoria, Barcelona y Sevilla, entre otras, han puesto en marcha medidas de adaptación a los impactos del cambio climático con sistemas de arbolado y cinturones verdes, suelos drenantes o estanques artificiales para el ahorro de agua de escorrentía, lo que les ha permitido reducir la temperatura en algunas áreas de la urbes. Es bien conocido el trabajo de las ciudades del norte de Europa, principalmente las de países escandinavos, que llevan la delantera en la puesta en marcha de medidas de adaptación climática desde hace décadas, es el caso de Oslo, Estocolmo y Copenhague, que lideran el índice Arcadis de ciudades sostenibles, que recoge además a Tokio, Berlín, Londres, París, Seattle y San Francisco, Ámsterdam y Zúrich. Según explica a EFE el coordinador del proyecto LIFE Levels en Green Building Council España (GBCe), Borja Izaola, porque en España es Vitoria la que lleva la delantera en estas medidas desde hace más de 40 años, gracias al que fuera alcalde José Ángel Cuerda Montoya (1979-1999), quien entonces ya era "sensible y consciente" del cambio climático y apoyó y financió el establecimiento de la Agencia Ambiental, cuyo resultado fue el fomento de acciones ambientales y climáticas. Conocido es su anillo verde, sostiene Izaola, una pista circular de parques conectados entre sí con senderos, agua, arbolado y zonas de esparcimiento, que actúa como escudo ante las islas de calor, e incluye una serie de radios que entran en la ciudad como corredores ecológicos que hacen que el verde venga de la provincia, de los montes de Vitoria hasta el centro de la ciudad, que tiene además humedales, gestión sostenible del agua, de las especies autóctonas, de redes separativas, de depuración de agua, entre otras medidas. En Zaragoza ocurre algo parecido desde 2008, apunta, cuando se celebró la Expo con el agua como temática central y por el clima y el paso del río Ebro por la ciudad, con sus variaciones de caudal de invierno a verano, se ha fomentado la recuperación de islas y cauces fluviales con redes separativas, el aprovechamiento del agua de escorrentías para el riego de arbolado y jardinería urbano o la elaboración de un mapa fotovoltaico para conocer la capacidad de generación de energía. En la Comunidad de Madrid, localidades como Getafe han construido estanques artificiales de pluviales, cuya agua se utiliza mediante bombeo para el riego de parques y jardines, práctica puesta en marcha también en Fuenlabrada, Móstoles o Madrid capital, dice Izaola. Pero la utilización del agua para la refrigeración de espacios viene de antaño, en Sevilla se ha reproducido un sistema tradicional utilizado en Persia en el siglo XII, y otro del siglo XIII utilizado ya en La Alhambra de Granada donde se utilizaban las fuentes y los chorros de agua para crear ambientes más frescos. Una idea que se utilizó también en la Expo de Sevilla en 1992, donde por medio de la utilización de estructuras que pulverizaban gotas de agua se humedecía el ambiente creando confort térmico, en una ciudad con temperaturas muy altas en los meses de verano. Y es precisamente en Sevilla donde actualmente de desarrollan dos proyectos con financiación europa, con la finalidad de reducir la temperatura en ciertas zonas gracias al agua. El primero, Cartuja Qanat, permitirá enfriar el aire y refrigerar áreas en la isla de La Cartuja, con un bajo coste energético. El otro es LIFE Watercool que se desarrolla en la Avenida de la Cruz Roja y calles aledañas, con el agua como protagonista para lograr con sistemas de refrigeración y calefacción el confort térmico. Otras ciudades que han puesto en marcha medidas para luchar contra los fenómenos climáticos son las ciudades costeras como Valencia, donde se han adaptado infraestructuras para luchar contra las grandes avenidas del río Turia, al igual que en Barcelona o Mallorca, según Izaola. En Latinoamérica, el experto de GBCe ha apuntado a Medellín (Colombia), Monterrey (México) o Curitiba (Brasil) como las ciudades donde más se ha trabajado para la adaptación climática. En Europa, además de las nórdicas, Izaola señala a urbes en la comarca del río Rhur en Alemania, como Dortmun, Dusseldorf, entre otras, como las mejor adaptadas, sin olvidar a Ámsterdam (Países Bajos) donde por medio de diques y presas se ha evitado la entrada del mar Báltico. Izaola destacó además al arbolado como una de las técnicas más utilizadas para reducir la temperatura, mientras explicó que el asfalto blanco no lo recomienda la Dirección General de Tráfico (DGT) por producir cegamiento y un aumento de accidentes, por lo que apunta más bien a potenciar el transporte público en las ciudades.