Ciudad de México.- El Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), en Baja California, realiza un estudio para determinar las causas para que células cancerígenas se expandan en los huesos y produzcan más tumores. En una entrevista con la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), la investigadora Patricia Juárez Camacho mencionó que el segundo objetivo de su estudio es identificar y evaluar nuevas moléculas a las ya existentes. Lo anterior, dijo, es para caracterizar su modo de acción y proponer nuevas terapias para tratar el cáncer. “En mi laboratorio nos enfocamos en hacer terapia dirigida contra el cáncer de mama, mediante el estudio de las vías de señalización principales que regulan el cáncer y seleccionamos blancos moleculares que nos permitan diseñar estrategias terapéuticas dirigidas, en específico, a las células cancerosas”, comentó la investigadora. El estudio también se hace mediante la caracterización a nivel celular del efecto de las moléculas con uso terapéutico derivadas de plantas y organismos marinos, así como de nanoacarreadores que mejoren la liberación de drogas en las células cancerosas. La investigadora indicó que para comprobar la eficiencia de una terapia se realizan ensayos funcionales de las células y después de obtener resultados in vitro se hacen estudios in vivo, lo que sirve para estudiar moléculas nuevas. Para ello, los investigadores utilizan ratones a los que se les inyecta células cancerosas que van a diferentes partes del cuerpo, en especial, a los huesos y ahí es donde se puede evaluar el crecimiento de los tumores, detalló la especialista. “Si yo trato el ratón, lo que ocurre es que puedo medir si estoy disminuyendo los tumores, por ejemplo, si estoy afectando los niveles de expresión de algún gen, en particular, que sea regulado por las células cancerosas”, puntualizó. Juárez Camacho apuntó que sus estudios los enfocó de manera particular en el cáncer de mama y de próstata, pues 80 por ciento de estos pacientes desarrolla metástasis en los huesos. “El hueso, por su rigidez, proporciona a las células cancerosas las paredes que necesitan, da una resistencia a los flujos sanguíneos, les proporciona protección y aparte está lleno de nutrientes; es un lugar rico para que las células cancerosas puedan tener comida en abundancia”, afirmó la especialista. Además, agregó, se comprobó que existe interacción entre las células de los huesos y las células cancerosas al grado de que llegan a crear un microambiente, una condición básica para que las células cancerosas vivan ahí. La investigadora resaltó que los estudios que realiza van más allá de conocer los factores que favorecen la propagación el cáncer, pues también buscan información que ayude al diseño de terapias más efectivas. Para ello, la especialista del CICESE colabora con investigadores del Centro de Nanociencias y Nanotecnología (Cnyn) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), para desarrollar nanopartículas que permitan optimizar la liberación de terapias ya conocidas y llevarlas, en específico, a las células cancerosas. “A veces los atacas en un estadio tardío, del cual ya es muy difícil regresar y disminuir completamente el tumor, pero si llegas a atacarlo en un estadio más temprano tienes mayor oportunidad de hacer una terapia efectiva”, afirmó.