Los niños contemporáneos podrían alterar el proceso de su desarrollo a causa del uso de aparatos electrónicos, como celulares, tabletas, videojuegos y televisión, afirmó el médico pediatra, Salvador Espinosa Arámbula. El especialista por el Instituto Nacional de Pediatría señaló que desafortunadamente el uso de aparatos electrónicos es parte del estilo de vida de los niños actuales. Sin embargo la luz que producen estos objetos altera notablemente el ciclo de sueño. Espinosa Arámbula, quien es miembro del Colegio de Pediatría de Jalisco, señaló que el crecimiento y desarrollo de los niños es un proceso en el que intervienen múltiples factores donde, además de una alimentación balanceada y actividad física, se debe considerar al sueño como el elemento más importante. “Durante la etapa de desarrollo, el ciclo del sueño en los niños determina la calidad de su descanso y crecimiento porque es cuando la hormona de crecimiento alcanza su máximo nivel de segregación: poco después de que los niños se quedan dormidos”, dijo el director del Proyecto CLECE (Clínica de estatura). Explicó que la luz que emiten dichos dispositivos se vuelve nociva sobre todo por la noche, más que la de focos y lámparas, porque altera el ritmo biológico o circadiano, que es responsable de la secreción de las sustancias hormonales durante el sueño, como cortisol, melatonina, prolactina y la hormona de crecimiento. “El pico máximo de segregación de hormona de crecimiento coincide con la presencia de sueño delta profundo; es decir, durante las primeras dos horas de sueño se alcanzarán niveles de hasta 60 ng/ml“, destacó. Añadió que la secreción de hormona de crecimiento depende de la edad, de ahí la importancia de mantener fuera del alcance de los niños, celulares, tabletas, computadoras, videojuegos y otros aparatos que puedan afectar el proceso para conciliar el sueño. Detalló que un recién nacido debería dormir, en promedio, 16 horas por día; los niños pequeños requieren de 10 a 13 horas. La cantidad total de sueño disminuye considerablemente hasta los 20 años de edad. Los recién nacidos duermen varias siestas durante el día además de un periodo de sueño prolongado en la noche; conforme los niños crecen, eliminan las siestas y obtienen todo el descanso requerido por la noche. Reiteró que los niños con ciclos de sueño alterados no producirán los niveles de hormona de crecimiento necesarios para su desarrollo, lo que puede desencadenar problemas de estatura y talla baja. Consideró fundamental vigilar los hábitos de sueño de los niños para identificar cualquier alteración y, de ser necesario, acudir con el especialista, quien determinará si es necesario comenzar un tratamiento con hormona de crecimiento humana recombinante. “Un adecuado ciclo del sueño, además de beneficiar el crecimiento de los niños, ayuda a mantener un estado de ánimo positivo. Tomar siestas durante el día es conveniente, siempre y cuando se establezcan horarios que no interfieran con el número de horas que deben dormir en la noche, permitiendo que crezcan a un ritmo normal”. Enfatizó que mantener buenos hábitos de sueño, como establecer horarios regulares y evitar que los niños vean televisión o utilicen videojuegos antes de acostarse, tener fuera de su alcance celulares, tabletas y otros aparatos que puedan afectar el proceso para conciliar el sueño, beneficiarán notablemente el desarrollo de los pequeños.