EFE / La Voz de Michoacán Salt, Girona. El pan elaborado según determinados procesos presenta un efecto prebiótico detectado por el Instituto de Investigación Biomédico de Girona (IDIBGI) que resulta potencialmente aplicable a pacientes con alguna enfermedad inflamatoria intestinal. Según informa el IDIBGI, el grupo que lidera el doctor Xavier Aldeguer ha comparado el conjunto de bacterias y levaduras presentes en las masas preparadas a partir de diferentes harinas, recetas y fermentaciones. El estudio, del que se ha publicado un artículo en la revista científica Frontiers, muestra que estos panes producen en pacientes aquejados por enfermedades como el Crohn o la colitis ulcerosa un aumento de la producción de ácidos grasos de cadena corta, algo que tiene un efecto antiinflamatorio. También aumentan la presencia de ciertos tipos de bacterias que aparecen en número reducido en la microbiota de estos pacientes, con lo que se ayudaría a restaurar su equilibrio. De este modo se contribuye igualmente a modular el estado de inflamación intestinal de estas personas, con el consiguiente beneficio para su salud. Uno de los coautores del trabajo y miembro del grupo de investigación, Marc Llirós, ha explicado que "los resultados obtenidos indican un efecto prebiótico del pan para restablecer el equilibrio de la microbiota intestinal". La ingesta de ciertos alimentos "universales", según Llirós, producidos con recetas concretas, pueden ayudar por lo tanto en el caso de estas enfermedades inflamatorias intestinales. Otro de los autores del estudio, Aleix Lluansí, subraya en todo caso que el objetivo no es contemplar el pan "como remedio o tratamiento" si no evidenciar su "efecto beneficioso". Este trabajo surge dentro del programa RETOS-Colaboración del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad y forma parte de él tanto el IDIBGI como su filial que comparte con la Universidad de Girona, GoodGut, actualmente en manos de los laboratorios Hipra, que desarrollan una vacuna contra la covid-19. La relación de participantes en el estudio la completan el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) y la empresa Elias Boulanger.