Debido a que la cordillera de los Andes avanza hacia el este, científicos calculan que ciudades cercanas como Mendoza y Salta en Argentina desaparecerán en unos cuatro o cinco millones de años. La formación montañosa que atraviesa parte de Venezuela, Colombia, Ecuador, Bolivia, Perú, Chile y Argentina, es una cadena activa que se eleva de manera continua, dijo el geólogo, Víctor Alberto Ramos. En una entrevista explicó que esto se debe porque la “losa oceánica (placa tectónica de Nazca) se está hundiendo debajo de (la placa Sudamericana); ejerce fricción y va levantando los Andes”. El hundimiento de la corteza oceánica debajo del continente es un proceso intermitente, lo que significa que al hundirse la losa oceánica se traba, y al acumularse una gran tensión llega un punto en que se rompe y produce grandes terremotos. Ejemplo de ello es el sismo de 8.8 grados que se registró en Chile, en 2010, que por “sí solo desplazó tres metros hacia el oeste a la ciudad de Concepción, una ciudad grande de nueve millones de habitantes”, dijo el geólogo. “Lo más sorprendente es que la ciudad de Buenos Aires, que está a mil 400 kilómetros de distancia, se desplazó tres centímetros”, agregó el también Premio México de Ciencia y Tecnología 2013. Ramos comentó que el primer científico que se preocupó en contestar cuánto se elevaron los Andes fue Charles Darwin, quien encontró fósiles marinos a tres mil 300 metros de altura. Darwin, dijo, también fue el primero en demostrar que mediante terremotos sucesivos la cordillera se levanta; cada terremoto es un ajuste, se rompe y se levanta un pedazo de manera permanente. “Cuando él miraba esos fósiles a tres mil 300 metros de altura se preguntaba cuántos terremotos habrían ocurrido porque cada terremoto levanta entre cinco y 10 metros para formar la cordillera. Así que tuvieron que suceder cientos de ellos”, mencionó. La otra cosa importante que observó el naturalista inglés en 1835 fue la “relación directa entre los terremotos que rompen la corteza y los volcanes que sacan el magma fundido del interior y que llegan a la superficie”, señaló. Así que los Andes revisten gran importancia porque al estudiarlos se puede aprender acerca de los procesos que se encadenan para formar un sistema montañoso, como los Apalaches, en Canadá y Estados Unidos. Estos sistemas montañosos hace millones de años que se dejaron de formar y tuvieron una vida muy similar a la de los Andes hace 300 millones de años atrás, puntualizó. ORIGEN DE LA CORDILLERA DE LOS ANDES El profesor emérito de la Universidad de Buenos Aires indicó que la cordillera de los Andes tiene una historia de más de mil millones de años de existencia. “Lo que vemos ahora es como el cordón montañoso se formó luego de varias revoluciones orogénicas, que son aquellas que forman montañas”, comentó. Hace alrededor de mil millones de años hubo una primera formación de montañas, que muchos llaman Grenvilliana, en la que gran parte de Norteamérica chocó contra América del Sur y formó un súper continente, explicó. “Luego Norteamérica se separó dejando unos pedazos en América del Sur, que eran partes de Laurentia, que era el nombre que tenía en la antigüedad Norteamérica”, dijo. Después de que se separaron de nuevo empezó el hundimiento del fondo oceánico por debajo del continente, abundó el investigador argentino. “Tuvimos varias crisis en la formación de montañas, varios los paroxismos que llevaron a formar un sistema montañoso anterior a los Andes, que tuvieron edad de 460 millones de años, otros tuvieron cerca de 390 millones de años que fueron sucesivas colisiones”, señaló. Así que durante la Era Primaria, la cordillera de los Andes se formó por colisiones de microcontinentes. Gran parte de ellos, venían de Laurentia, es decir de Norteamérica. “Tenemos una historia de microcontinentes que se separan, chocan y se separan y vuelven a chochar”, refirió el geólogo, quien agregó que esos pulsos formaron de forma lenta los proto Andes. Alrededor de unos 200 millones de años empezó de forma estable el hundimiento de la corteza oceánica por debajo de América del sur que lleva a la formación de los andes actuales. De modo que los Andes, tal cual los vemos, tienen unos 190 a 200 millones de años de antigüedad, precisó.