Agencias / La Voz de MichoacánEUA. Los microplásticos ya están por todas partes: en mares y océanos, en todos los continentes… pero el último sitio donde se ha confirmado su presencia resulta bastante preocupante: la placenta humana. Sí, han aparecido microplásticos en el órgano que se crea para comunicar el cuerpo de la madre con el del embrión. Microplásticos en el cuerpo humano ya se habían encontrado, y no es una buena noticia. Aún quedan muchas investigaciones por hacer, pero parece claro que la presencia de estas partículas artificiales en el cuerpo tiene un efecto negativo en nuestra biología: afectan a rutas hormonales y al metabolismo energético. Ahora se han encontrado en la placenta. No en una, si no en cuatro distintas. Lo que han hecho los investigadores es tomar una pequeña muestra de seis placentas momentos después del parto, y analizar el contenido de los tejidos. En cuatro de estas placentas se podían encontrar microplásticos. De un tamaño pequeño, incluso para ser microplásticos: tenían un tamaño de 10 micrómetros de diámetro – un micrómetro es una millonésima parte de milímetro. Suficientemente pequeño como para viajar por el torrente sanguíneo. Pero aunque puedan viajar por la sangre, el hecho de que hayan llegado a la placenta es preocupante. Y que la hayan atravesado – algunas partículas aparecieron en la parte interna de la placenta, la parte del embrión – lo es aún más. Una de las funciones de la placenta es proteger al embrión, servir de barrera para evitar que le lleguen sustancias que puedan ponerle en riesgo. Y suele cumplir esta función de manera notable. Por eso el hecho de que hayan llegado hasta la placenta resulta tan preocupante. ¿Afecta al bebé? Esta pregunta aún no se puede responder. Hacen falta más estudios para confirmarlo, y los datos que hay hasta ahora no resultan muy preocupantes: los bebés cuyas placentas se estudiaron en el artículo nacieron sanos y sin problemas. Pero está claro que los microplásticos no deberían estar allí… y que hay que saber qué consecuencias puede tener que hayan llegado.