El Universal / La Voz de MichoacánCiudad de México. El equinoccio de primavera es un evento astronómico en el que el sol cruza exactamente por el ecuador celeste, del hemisferio sur al norte desde la perspectiva de la Tierra. Esto provoca que tanto el día como la noche tengan la misma duración. Si creías que el mero 21 de marzo era el gran día para ir (con excepción de este año, claro) a cargarte de energía a alguna zona arqueológica, lamentamos decepcionarte: la primavera llegó ayer jueves 19 de marzo, a las 21:50 horas. En 2020 el equinoccio de primavera se adelantó dos días de lo habitual. "Regularmente se acostumbra celebrar el 21 de marzo, pero no todos los años ocurre el mismo día, pues los calendarios hacen un conteo de días enteros, cuando los ciclos astronómicos se dan en números fraccionarios", explica en un comunicado Daniel Flores Gutiérrez, académico del Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM. No puede existir una fecha exacta porque nuestro calendario de 365 días no coincide con el tiempo que tarda la Tierra en darle la vuelta al sol (365 días más seis horas, aproximadamente). Es por eso que la entrada de los equinoccios varía. Este fenómeno ocurre dos veces al año. El primero, el de primavera, sucede en marzo, entre los días 10 y 21; el segundo, el de otoño, es en septiembre, entre los días 21 y 24. Flores Gutiérrez, también editor del "Anuario de Observación Astronómico Nacional" y especialista en astronomía mesoamericana, dice que los equinoccios y otros sucesos orbitales permiten comprobar teorías acerca de los movimientos del sol, la luna y los planetas. El también especialista en astronomía mesoamericana cuenta que en el México antiguo diferentes civilizaciones observaban los equinoccios y solsticios. "En Teotihuacán, por ejemplo, si nos colocamos en el arranque de la escalinata principal de la pirámide del Sol, podemos observar en la cima del edificio el surgimiento del Sol, en los días en que ocurren los equinoccios, en los meses de marzo y septiembre". También en el templo escalonado de "El Castillo" o "Kukulkán", en la zona arqueológica de Chichén Itzá, en Yucatán, se observa el descenso de la serpiente emplumada durante el atardecer; también desde la base de la escalinata poniente se puede ver el surgimiento del sol a lo alto de esta estructura. Este año, debido a la propagación del Coronavirus Covid-19, Chichén Itzá y Teotihuacán, dos de los sitios que más reciben visitantes para recibir la primavera, permanecerá cerrado.