México, 25 Sep (Notimex).- Un grupo de científicos mexicanos crea un nanosatélite que servirá para hacer experimentos que midan en el espacio el envejecimiento en los seres humanos durante los viajes espaciales, a través del estudio en células de levadura. El nanosatélite se enviaría en un cohete de la NASA en 2018, señaló el investigador del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) Monterrey, José Luis García Cordero, en una entrevista con la Agencia Informativa del Conacyt. El científico detalló que la idea es enviar un satélite del tamaño de una caja de zapatos al espacio y “dentro de este hacer un microlaboratorio en donde se investiguen las causas del envejecimiento humano usando las células de levadura como organismo modelo”. Para ello, García Cordero desarrollará el chip espacial hecho de vidrio, polidimetilsiloxano y un polímero elástico, que en su interior contendrá microválvulas y microbombas con canales y estructuras de hasta una micra. Mencionó que en la actualidad ya cuentan con un diseño del chip, el cual mide medio centímetro y se encuentra en fase de prueba. En tanto, el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Saúl de la Rosa, se encargará de la instrumentación del nanosatélite para que los sistemas de comunicación logren enviar las señales recabadas del microlaboratorio en tiempo real. Mientras que el investigador del Cinvestav Irapuato, Alexander de Luna, modificará de manera genética a las células de levadura con alimento para que expresen su crecimiento por medio de una proteína fluorescente. García Cordero explicó que “los puntitos que se van a ir encendiendo en colores avisarán la manera en que se van comportando las células, cómo van creciendo; esto sería con el marcador fluorescente, mientras más luz emitan es que hay mayor cantidad de crecimiento”. El científico dijo que además se tiene proyectado que las células de levadura se depositen antes de armar el chip. Usando válvulas se mantendrá una temperatura de hasta 36 grados en todo el dispositivo. Por otra parte, el investigador de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), Alberto Cordero, diseñará el sistema óptico para hacer las mediciones de cómo se comportan las células en el espacio. García Cordero indicó que debido a que en el espacio no habrá quien controle el satélite, el equipo multidisciplinario trabaja en la automatización del laboratorio para que las células se alimenten de manera constante durante las tres semanas que durará el estudio. En la Tierra, los investigadores recibirán la información y monitorearán cada tres horas que todo funcione de manera correcta, aseguró el investigador del Cinvestav Monterrey. Por lo que esperan que con este experimento haya genes que se alteren y cambie la producción de algunas proteínas clave para poder entender el proceso de envejecimiento en los seres humanos. “Hay muchas cosas que todavía se desconocen dentro de la longevidad, sobre la manera en que se ven afectadas las células, y el objetivo de este proyecto es explorar los genes en la gravedad, saber si envejecen o no, para saber cómo les va a afectar a los astronautas un viaje al espacio durante uno o varios años”, comentó. Así, el especialista en bioingeniería consideró que con este estudio espacial se tiene una gran oportunidad de contribuir con la NASA para asesorar y prevenir a los astronautas durante sus viajes.