Ciudad de México.- Investigadores de 12 países, entre ellos México, iniciaron esta semana la Expedición 364 al centro del cráter Chicxulub, a fin de responder las incógnitas sobre el asteroide que impactó Yucatán hace 66 millones de años. La Academia Mexicana de Ciencias (AMC) informó este lunes que la misión con fines científicos está integrada por alrededor de 30 investigadores de Estados Unidos, México, Japón, Australia, Canadá, China y seis países europeos. Dicha investigación cobra importancia porque se trata de descubrir el proceso al cual se le relaciona con la última extinción masiva y en la que desaparición 75 por ciento de las especies que habitaban la tierra, incluidos los dinosaurios. A la misión en plataforma, la primera en este sector central del cráter, irá la doctora Ligia Pérez Cruz, investigadora del Instituto de Geofísica (IG) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien se internará junto con otros seis científicos a unos 33 kilómetros de Puerto Progreso, Yucatán. Durante dos meses este grupo trabajará en los laboratorios instalados en la plataforma, de donde se perforará el suelo marino hasta alcanzar los mil 500 metros con la finalidad de extraer muestras de rocas de distintas capas en la región centro del cráter. El interés por realizar esta proeza obedece al hecho de que “el cráter Chicxulub es el mejor conservado en la Tierra, es el más reciente, tiene un diámetro de 200 kilómetros, la mitad se encuentra en el continente y la otra en mar”. En ese sentido la AMC recordó que los otros dos cráteres estudiados están en Sudáfrica y en Canadá, ambos se hallan en la parte continental por lo que esta será la primera vez que se perfora un cráter multianillo en el mar”. La jefa del Departamento de Geomagnetismo y Exploración Geofísica del IG-UNAM señaló que “en los laboratorios que se encuentran en la plataforma de perforación Myrtle se documentará, fotografiará y medirán propiedades de las rocas y los fluidos. Estos datos preliminares servirán para determinar las propiedades químicas y físicas y edad de los estratos, y así evitar su contaminación. El coordinador científico del equipo mexicano es el doctor Jaime Urrutia Fucugauchi, investigador del IG-UNAM y presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, quien ha trabajado en el tema desde la década de los 90. Sus principales objetivos son conocer cómo este tipo de impactos están relacionados con la formación y evolución del Sistema Solar -pues el asteroide formaba parte del Cinturón de Asteroides ubicado entre las órbitas de Marte y Júpiter- y cuáles son los efectos de los sistemas hidrotermales en la Tierra producidos por su impacto. Con el apoyo de los programa Internacional Continental de Perforación Científica Oceánica, e Internacional de Descubrimiento Oceánico (IODP, sus siglas en inglés) se financió la perforación, cuyo costo es de 10 millones de dólares. Dicho monto, cubre la renta de la plataforma Myrtle Clase 245, con una cubierta de alrededor de dos mil metros cuadrados, que soporta una carga de 430 mil 913 kilos, proveniente de Galveston, Texas, y los barcos de soporte.