Seúl.- La ciudad surcoreana de Sokcho está siendo inundada de visitantes que merodean por las calles a toda hora con la vista fijada en sus teléfonos celulares. ¿La razón? Es al parecer el único lugar del país donde se puede jugar Pokémon Go. Los restaurantes, hoteles y negocios de la ciudad están tratando de tomar ventaja del hecho, con campañas para atraer a turistas con fotos de Pikachu y otros personajes del juego, y prometiendo regalos a los "entrenadores". El alcalde prometió aumentar la cantidad de puntos de acceso a Wi-Fi y conexiones para recargar baterías. Las agencias de viaje están ofreciendo paseos alusivos al tema. Hay hoteles que han reportado un súbito aumento de las reservaciones. El videojuego se convirtió en un éxito descomunal en Estados Unidos menos de una semana después de salir al mercado, aunque no ha sido lanzado oficialmente en Corea del Sur. En el juego, los personajes aparecen superpuestos sobre el mundo real. Los participantes deben hallar los lugares geográficos para atrapar y entrenar a figuras como Psyduck, Meowth y otros monstruos virtuales. Corrían rumores de que los surcoreanos no podían jugar Pokémon Go porque el gobierno restringe el acceso de Google Maps por razones de seguridad. Pero las autoridades surcoreanas lo negaron y en cambio atribuyeron la aparición de los monstruos en Sokcho a problemas técnicos con los mapas digitales. Debido a la manera en que la empresa Niantic organiza la región, Sokcho y la zona circundante, aledaña a Corea del Norte, son clasificadas como América del Norte, informó el estatal Instituto Nacional de Información Geográfica, negando versiones de que la zona había sido clasificada como Corea del Norte. Ni Google ni Niantic respondieron inmediatamente a correos electrónicos pidiéndoles comentario. Sea cual sea la razón, los jugadores surcoreanos están haciendo esfuerzos asombrosos para aprovecharse de las circunstancias. Fue después de la medianoche que el estudiante universitario Han Kyeol y tres de sus amigos salieron en carro desde Seúl, y llegaron a las 4 de la mañana a una playa de Sokcho. "Tan pronto como llegamos encendimos nuestros teléfonos y empezamos a jugar", relató el joven de 24 años por teléfono desde Seúl. "Era muy oscuro, pero lo asombroso es que ya había gran cantidad de gente merodeando por las calles con sus teléfonos a la mano, a las 4 de la mañana".