Un grupo de especialistas del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), Unidad Monterrey, desarrollan un biochip médico para ayudar a pacientes con lupus a tener un mejor control y tratamiento de la enfermedad. La investigadora del Cinvestav, Rocío Jiménez Valdés, se encarga de realizar el estudio de los neutrófilos para monitorear la enfermedad lupus eritematoso sistémico (LES), por medio de un dispositivo con técnicas de manipulación de fluidos en la escala de micra. En una entrevista con la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), la especialista explicó que decidió crear el dispositivo para beneficiar a los pacientes con lupus, debido a que es la principal enfermedad autoinmune en el mundo. Según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cinco por ciento de la población la padece lupus, una enfermedad crónica en la que el sistema inmunitario del cuerpo ataca por error el tejido sano. La enfermedad puede afectar la piel, articulaciones, riñones, cerebro y otros órganos, además es más común en mujeres que en los hombres y puede presentarse a cualquier edad, sin embargo tiene mayor frecuencia en personas entre los 10 y 50 años. “Con el desarrollo del biochip voy a caracterizar las poblaciones de neutrófilos, esto se refiere a las células del sistema inmunológico que responden ante inflamaciones, y con base en su respuesta ante un estímulo determinado, se van a ir asociando las poblaciones a diferentes grados de lupus”, explicó Jiménez Valdés. Los médicos podrán utilizar el biochip para detectar con prontitud la enfermedad en solo 10 minutos y así saber en qué etapa se encuentra. La investigadora resaltó que el médico podrá incrementar la dosis de tratamiento o disminuirla y así prevenir recaídas, por lo que se recomienda al paciente realizarse esta prueba por lo menos una vez al mes. Los desarrolladores aseguran que esta innovación es una opción para una detección sencilla y accesible, pues el dispositivo lo podrán utilizar los médicos sin la necesidad de un equipo de laboratorio especializado. “Es un dispositivo desechable y con una jeringa se tomará una pequeña muestra de sangre similar a la de un estudio de glucosa, después se introduce al dispositivo una gota de sangre que correrá por los canales de flujo y las células serán atrapadas por medio de anticuerpos dirigidos”, explicó la especialista. “El dispositivo en los canales va a contener anticuerpos, y al fluir la sangre, las células que presentan moléculas afines a los anticuerpos serán atrapadas”, añadió. El biochip, que se encuentra en la fase inicial de fabricación y pruebas del prototipo modelo, se espera comenzar a probarlo en 2018. “Esperamos llevarlo al Hospital Universitario de Monterrey para probarlo con pacientes y posteriormente sacar la patente para comercializarlo”, comentó Jiménez Valdés.