México es el país con mayor diversidad de pinos en el mundo, pues su variedad se incrementó desde hace 10 millones de años, anunció la académica de la Facultad de Ciencias (FC) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Alma Rosa Huerta Vergara. En un comunicado de la casa de estudios, la especialista detalló que en la actualidad existen alrededor de 231 especies y 40 por ciento se concentra en México. Algunas de las coníferas (pinos) más diversas y antiguas se recolectaron en rocas de hace 96 millones de años en el estado de Chiapas, de las que destacan algunas representantes de Pinaceae, Podocarpaceae, Cupressaceae, Araucariaceae y Cheirolepidaceae. “Son un grupo de plantas gimnospérmicas que se remontan al Paleozoico y dominaron por millones de años los paisajes”, dijo por su parte Sergio Cevallos Ferriz, investigador del Instituto de Geología (IGL) de esta casa de estudios. “Su historia en el país comienza en el Triásico, con representación escasa y restringida a unas cuantas especies, sobre todo de Podocarpaceae”, añadió. El texto de la UNAM menciona que es en el periodo geológico Cretácico donde la diversidad y el número de especímenes conservados en rocas de Chiapas, marcan el inicio de una historia interesante. Entre los registros de hace 96 millones de años están plantas extintas que parecen ser parientes cercanos de los pinos y cipreses, refiere la casa de estudios. A éstas le siguen abundantes ejemplares de Sonora, con 72 millones de años, en donde la familia de las pináceas, en específico el género Pinus, formó bosques con plantas ahora extintas. De acuerdo con la UNAM, la familia Pinaceae es muy importante porque a nivel económico y ecológico destaca sobre las demás coníferas nativas de México. Además de que se trata de enormes árboles que presenciaron el surgimiento y extinción de los dinosaurios. El texto señala que en las coníferas en el Cretácico chiapaneco se recogen las plantas con flor más viejas conocidas de México, y hasta el momento se logró recolectar cinco impresiones de flores y distintos tipos de hojas que están bajo estudio. “Los registros de plantas con flor, con base en sus hojas, se pueden seguir también en rocas más recientes de Baja California, Sonora y Coahuila y se relacionan con taxones extintos, pero que enriquecen la historia de los linajes con los que hoy convivimos”, subrayó el especialista. Cevallos Ferriz y Huerta Vergara expusieron que para conocer la edad de las plantas se basaron en el trabajo de los geólogos, dataciones radiométricas y correlación de las rocas o los tipos de fósiles. Los investigadores expresaron que el estudio de las plantas fósiles requiere de tiempo y decisión, porque se requieren de tareas como recolectar el material fósil, limpiar y almacenar los ejemplares en el Laboratorio de Paleobotánica, así como resguardar el material estudiado en la Colección Nacional de Paleontología, con sede en el IGL. Ambos especialistas puntualizaron que aún falta mucho por investigar de los pinos y las primeras plantas con flor de México, pues no tiene la historia completa. Sin embargo, dijeron que a través del registro fósil se aporta información que ayuda a dilucidar parte de su historia evolutiva.