La investigación científica y tecnológica en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, además de ser acreedora a reconocimientos nacionales e internacionales, ha motivado la obtención de tres patentes, dos de ellas relacionadas con la industria de la construcción y con la producción de levaduras con alta capacidad de fermentación. Así lo informó el coordinador de la Investigación Científica, Raúl Cárdenas Navarro, con motivo del anuncio de la apertura de una oficina de la Casa de Hidalgo para auxiliar a los investigadores en el trámite de patentes. La primera patente, recordó, se logró en el año 2009, ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI): para la “Levadura fermentadora para la elaboración de bebidas alcohólicas (Tequila, mezcal, vino, ron, charanda y otros destilados”, a la cual se le otorgó el número MX/271316-B, el 21 de agosto de 2009. Este descubrimiento, se logró en el Instituto de Investigaciones Químico Biológicas, por parte del doctor en Biotecnología, Jesús Campos García, al diseñar un procedimiento para seleccionar y obtener una levadura que tiene altas capacidades para la producción de bioetanol, utilizando como materias primas fuentes de azúcares, como el jugo de agave, melaza, hidrolizados de fuentes celulósica y jugos de cualquier fruta azucarada como el mango. Originario del municipio de Tangamandapio, el doctor Campos García obtuvo su licenciatura en la Escuela de Químico Farmacobiología de la Universidad Michoacana; ingresó a la maestría en ciencias en el Instituto de Investigaciones Químico Biológicas, siendo el primer egresado. Posteriormente realizó un doctorado en la Universidad Nacional Autónoma de México, en el Instituto de Biotecnología ubicado en Cuernavaca, estado de Morelos. Hizo varias estancias de investigación en el extranjero, en la Universidad del Norte de Texas, la Universidad de Illinois, en Chicago y en el Centro Experimental del Zaidín en Granada, España. Las segunda y tercera patentes, fueron obtenidas por el doctor José Carlos Rubio Ávalos, egresado de la Facultad de Ingeniería Civil y adscrito al Instituto de Investigaciones en Metalurgia y Materiales de la UMSNH. La primera, cuya patente se obtuvo en el 2014, consiste en un material de construcción denominado geopolímero fotoluminiscente (GPF), de origen inorgánico, el cual permite el paso de luz hacia el interior del material. Se trata de un material ecológico y sustentable debido a que se deriva de arcillas y arenas como el cuarzo y la arena del mar, entre otras. Su durabilidad se estima superior a los cien años, esto es, cuatro veces más que el concreto. El GPF, añadió está conformado por un grupo de materiales inteligentes, capaces de absorber la luz solar o artificial para cargarse y posteriormente en ausencia de luz “emitirla” generando iluminación y efectos ópticos por tiempos prolongados de hasta 12 horas continuas, con una amplia gama de colores: azul, naranja, amarillo, verde, entre otros. A menos de un año de este primer descubrimiento, Rubio Ávalos desarrolló otro material de construcción, un geopolímero antibacterial, del cual obtuvo también una patente para la Casa de Hidalgo, el cual es útil para mantener un ambiente libre de bacterias en lugares públicos como plazas, hospitales y escuelas, además del uso industrial al utilizarlo en paredes y pisos de fábricas de alimentos y medicinas al aplicarse a manera de piso y paredes interiores. El geopolímero antibacterial se fabrica a base de arena y agua, el cual al entrar en contacto con las bacterias las absorbe y cristaliza, posteriormente los elimina a través de un biocida (que mata las bacterias), el cual forma parte de la composición de dicho material. Finalmente, el titular de la Coordinación de la Investigación Científica, informó que se encuentran actualmente otras dos patentes en trámite, por lo que la Universidad Michoacana se está adelantando a la tendencia nacional de los organismos acreditadores que toman como estándares para valorar las subsiguientes acreditaciones de programas de posgrado y la calidad de la investigación científica. Además, concluyó, la obtención de patentes para esta Casa de Estudios implica la obtención de recursos propios, producto de las regalías de las patentes, con lo que toda la comunidad nicolaita se verá beneficiada, a la vez que México se beneficia al tener tecnología propia y no pagar por su uso a otros países.