Parece un trozo de sushi pero es un parásito que chupa la sangre

Los científicos del acuario creen que sus colores pueden proceder de la víctima a la que estuviera parasitando. Desafortunadamente nunca lo sabrán, porque los pescadores la capturaron en una nasa ya “liberada” de su huésped.

Foto: Twitter

Agencias / La Voz de Michoacán

Fukushima es un rincón costero situado al este de Japón que alcanzó notoriedad internacional hace una década, a raíz del conocido accidente nuclear provocado por un tsunami. Sin embargo hoy no vengo a hablaros de aquel incidente, sino de algo mucho más “ligero”.

En la ciudad de Iwaki (prefactura de Fukushima) se encuentra uno de los acuarios especializados en peces exóticos más asombrosos del mundo. Con forma de submarino, las instalaciones del Aquamarine Fukushima recrean bajo techo, algunos de los rincones más ricos en diversidad marina de las aguas tropicales de Asia. Una de las exposiciones estrellas tiene que ver con el celacanto, un pez considerado un fósil viviente. El acuario cuenta con un robot celacanto que enseña al visitante el peculiar movimiento natatorio de este pez, que parece no haber evolucionado demasiado en los últimos 300 millones de años.

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El impresionante aspecto exterior del Aquamarine Fukushima recuerda a un submarino. (Imagen vista en japan-guide.com).
El impresionante aspecto exterior del Aquamarine Fukushima recuerda a un submarino. (Imagen vista en japan-guide.com).

Y sin embargo la auténtica estrella de este acuario no es el celacanto, ni los enormes atunes – que se exhiben vivos – sino una pequeña criatura de algo más de dos centímetros y medio de largo, que se parece extraordinariamente a una pieza de sushi muy popular, el nigiri de salmón, si bien en este caso “aderezado” con 14 patas.

Esa criatura, con aspecto apetecible, es en realidad un parásito perteneciente a un orden acorazado de los crustáceos conocido como isópodos, del cual hay abundancia de especies tanto en tierra como en mar. Emparentado con cangrejos, gambas, y langostas este invertebrado no puede sin embargo considerarse “marisco” sino algo a evitar.

El auténtico nigiri de salmón. El parecido es incuestionable. (Crédito imagen Wikimedia commons).
El auténtico nigiri de salmón. El parecido es incuestionable. (Crédito imagen Wikimedia commons).

El ejemplar de la foto pertenece probablemente al género Rocinela, en el cual se encuadran más de 40 especies. La mayor parte de los isópodos se comportan como carroñeros, alimentándose de animales muertos que caen al fondo marino. Los miembros de la familia Rocinela, en cambio, tienden a tener hábitos parasitarios y se alimentan del tejido de sus presas vivas.

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Por lo que puedo leer, el ejemplar de la foto, de vivos y “apetecibles” colores (algo extraño en los isópodos, que suelen tener una apariencia más gris) fue capturado a una profundidad de entre 800 y 1200 metros, en aguas de la costa de Rausu, situada en la isla más septentrional del archipiélago nipón: Hokkaido.

Los científicos del acuario creen que sus colores pueden proceder de la víctima a la que estuviera parasitando. Desafortunadamente nunca lo sabrán, porque los pescadores la capturaron en una nasa ya “liberada” de su huésped.

Estos crustáceos pueden parecer bonitos, pero no conviene tomarse a broma a los isópodos. En agosto de 2020, el biólogo Kory Evans estaba escaneando la cabeza de un pez cuando descubrió que un isópodo había devorado y remplazado la lengua de su pobre huésped.