Notimex / La Voz de Michoacán México, 30 Abr.- Aunque en México se cuenta ya con una prueba genética que permite detectar a tiempo la leucemia, el diagnóstico tardío en su detección sigue como la principal causa de muerte en niños que la padecen, alertó Yenia Azamar Martínez. La Prueba Genética para la Detección Temprana de las Leucemias se aplica desde hace tres años en instituciones de salud pública y en el Laboratorio Diagnóstico Molecular Avanzado, pero no sólo es útil para un diagnóstico. Azamar Martínez, directora de ese centro especializado, destacó que dicho examen también ayuda a monitorear la efectividad del tratamiento en casos en los que la enfermedad está más avanzada. Refirió que se estima que la leucemia o cáncer en la sangre reporta anualmente siete mil nuevos casos en niños, y según informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 90 por ciento mueren sin haber recibido atención médica. La leucemia es el cáncer más frecuente en menores de 15 años, aunque puede aparecer a cualquier edad y de acuerdo a la velocidad de progresión se clasifican en aguda y crónica. La especialista señaló que existen cinco tipos de Leucemia: Linfoide Aguda (LLA), Mieloide Aguda (LMA), Linfoide Crónica (LLC), Mieloide Crónica (LMC) y de Células Pilosas (LCP). En entrevista, dijo que los síntomas más frecuentes en leucemias de esos tipos son propensión a sangrar y a sufrir infecciones, hematomas poco habituales, dolor óseo y articular, debilidad o cansancio, fiebre, falta de apetito y adelgazamiento, palidez, sudores fríos o inflamación ganglionar. Azamar Martínez detalló que la Prueba Genética para la Detección Temprana de las Leucemias se realiza con pruebas de sangre o médula ósea, según sea el caso, para ver si existe alteración de algún tipo que esté provocando la presencia del padecimiento. La especialista lamentó que a diferencia de países desarrollados, donde la detección de la leucemia se presenta entre las cuatro y seis semanas de surgido, en México el diagnóstico es deficiente debido a que se realiza después de seis meses de evolución de la enfermedad, cuando gran parte del organismo del infante ha sido afectado.