Atrás quedaron esos días en los que llegabas a casa, te pegabas al espejo y dejabas que la lengua jugara sobre él para mejorar tus técnicas de beso. Y decimos que quedaron atrás porque suponemos que ya saliste de la secundaria, y porque además la tecnología está a la orden para convertirte en el mejor besador de todos, ¡completamente gratis!. Parece un simple juego, pero hay dos aplicaciones que reinan en número de descargas para estos menesteres. El más sonado en los últimos días es iFrenchKiss, disponible para dispositivos iPhone o iPad. Lo que recomienda tras la instalación es limpiar el teléfono, porque sí, tendrás que restregarle tus labios o tu lengua, según la categoría en la que quieras calificar. El plan indica tocar los labios que aparecen en la pantalla, pensando que se trata de la boca de tu pareja, haciendo tu máximo esfuerzo para que el sensor te califique de manera positiva, en una escala del 1 al 100, y al finalizar te diga si eres el peor besador que ha probado, o el mejor. La app especifica que realmente está armada con un sensor para recibir el beso, y que no se trata de un simple random que da resultados sin sentido. Esta versión, además puede comparar tus puntuaciones con las de tus amigos o amigas. Pero volvemos al principio, limpiar la pantalla será muy importante. SEGUNDA OPCIÓN Test de los Besos+ (Kissing Test+) es la otra versión gratuita que tiene gran auge, porque además de calificar la habilidad de tus labios, puede adivinar qué tan bueno eres en los renglones del romanticismo. Así es, eliges si eres hombre o mujer y aparecen unos labios en la pantalla. Posa tu boca sobre ellos, realiza tu mejor esfuerzo y ¡zas! Te puede decir que tienes mucha técnica para unir tus labios, pero que eres egoísta con tu pareja, incluso tiene una definición que es la de "besador serial", misma que puedes compartir desde la aplicación a tus redes sociales, para que alguna presa caiga ante la presunción. Ninguna app entrega diploma tras el uso continuo, pero lo cierto es que suenan más divertidas que el espejo al que le preguntabas: ¿quién es el mejor besador?... y al final sólo te dejaba escuchando los grillos del exterior.