Agencias / La Voz de Michoacán Durante siglos, la humanidad buscó comprender su lugar en el cosmos. En el pasado, creíamos que la Tierra era el centro de todo, una teoría que fue desmentida por científicos como Copérnico y Galileo. Pero con el avance de la ciencia y el surgimiento de teorías como el Big Bang, una nueva perspectiva desafía nuestra comprensión: el universo no tiene un centro físico en términos tradicionales. A diferencia de lo que ocurre con objetos tangibles, el universo no tiene un lugar central desde el cual todo se origine o gire. Según los astrónomos, su expansión constante puede ser comparada con un globo que se infla: todos los puntos en su superficie se alejan entre sí, sin que exista un punto fijo que actúe como centro. Esto significa que, desde cualquier lugar del cosmos, parece que todo se está alejando. En este sentido, cada punto del universo puede ser considerado su propio "centro relativo", dependiendo de la perspectiva del observador. La verdadera noción de "centro" está ligada al tiempo, no al espacio. Todo comenzó hace aproximadamente 13.8 mil millones de años con el Big Bang, el instante en el que la materia, el espacio y el tiempo se originaron. El Big Bang y la expansión del universo La teoría del Big Bang apoyada por estudios como los realizados por el Dr. Vladimir Avila-Reese del Instituto de Astronomía de la UNAM, establece que el universo surgió de una singularidad: un punto increíblemente pequeño, denso y caliente. Desde entonces, el cosmos se ha expandido continuamente, como lo demuestran fenómenos observados como la radiación de fondo cósmico y el corrimiento al rojo de las galaxias. La idea de que no existe un centro físico desafía nuestras creencias y refuerza la magnitud del cosmos. En lugar de situar a la humanidad o a cualquier otro punto como el centro de todo, este descubrimiento nos muestra que cada lugar en el universo es igual de importante, pero ninguno tiene supremacía. Así, la respuesta a dónde está el centro del universo no solo amplía nuestra comprensión científica, sino que también ofrece una lección de humildad, somos parte de un inmenso sistema en constante expansión, donde cada punto es único pero interconectado.