EFE / La Voz de Michoacán Bilbao, España. El investigador Ikerbasque en el Instituto de Biofisika (CSIC-UPV/EHU) Javier Fernández-Martínez, junto a un equipo internacional, ha revelado la estructura del NPC, maquinaria molecular encargada de controlar la información que entra y sale del núcleo de la célula, abriendo una vía para futuros medicamentos más específicos y efectivos. La entidad científica ha señalado en una nota que la investigación desarrollada ha sido publicada en la revista Cell, una de las más prestigiosas a nivel mundial. Según ha explicado, toda la información que entra y sale del núcleo de las células -el recinto que contiene y protege el ADN- lo hace "a través de unos portales especializados, unas maquinarias moleculares que, actuando como guardianes incansables, se encargan de controlar el tráfico de entrada y salida del centro neurálgico de la célula". Esta maquinaria se conoce con el nombre de "complejo del poro nuclear" o NPC y es, con más de 550 copias de más de 30 proteínas distintas, una de las estructuras proteicas más grandes de la célula. Según Ikerbasque, es fundamental que el NPC funcione correctamente, ya que pequeños defectos en su funcionamiento pueden derivar en enfermedades como leucemias, problemas cardíacos o enfermedades neurodegenerativas. Los investigadores consideran al NPC por su enorme tamaño y complejidad el "Santo Grial" de la biología estructural, y llevan décadas intentando entender su funcionamiento y ver cómo repararlo cuando su mal funcionamiento causa una enfermedad. La investigación citada se ha centrado en la identificación de la estructura del NPC en el organismo denominado S. Cerevisiae, que se utiliza como modelo cuando se quiere investigar sobre procesos que suceden en los seres vivos, ha explicado Ikerbasque. A través de un complejo análisis, los investigadores han comprobado que ese complejo es capaz de variar su diámetro para adaptarse al transporte de moléculas de gran tamaño y a los distintos flujos de transporte necesarios para la vida de las células. El estudio ha permitido responder una de las preguntas que la biología estructural lleva años haciéndose, concretamente sobre si todos los NPC de un núcleo son iguales, al revelar que al menos tres tipos de NPC co-existen en un mismo núcleo en el organismo analizado. Según Ikerbasque, esta conclusión sugiere "la fascinante posibilidad de que cada una de estas formas del NPC estén especializadas en un tipo de función". Ello abre una nueva vía de investigación en torno al papel de las diferentes formas del NPC identificadas en el desarrollo de enfermedades que permitiría el diseño de futuros medicamentos más específicos y efectivos.