Desde sus comienzos, en Tesla querían desarrollar vehículos eléctricos que compitiesen con los modelos convencionales, pero sin parecerse a ellos, rompiendo con casi todo lo establecido y aprovechando las últimas tecnologías. Por eso, una gran pantalla central de 43 centímetros –más parecida a un iPad aumentado que a una consola tradicional– controla todos los elementos del vehículo e incluso tiene conexión a Internet. Se maneja del mismo modo que una tableta y es muy fácil navegar para quien sepa manejar un ordenador y no tanto para quien no. Este es probablemente el signo más evidente de que el coche está diseñado y fabricado en Silicon Valley y no en Detroit. Tanto es así, que en la consola solo hay dos botones, uno para los intermitentes de emergencia y otro para abrir la guantera. Ni mandos para la calefacción ni la radio ni nada... No sabemos si este es el camino a seguir, pero, también en este sentido, el Tesla es un pionero. Y siguiendo esta lógica, también se puede actualizar y reprogramar directamente como cualquier otro aparato electrónico sin necesidad de acudir al taller. El futuro del motor Un capó transparente. El Land Rover Vision Concept, todavía un prototipo, adelanta cómo serán los 4x4 en unos años. Infinidad de sensores informarán al coche y al conductor de todos los obstáculos del camino para poder sortearlos, incluso podrá proyectar la imagen del suelo en el capó para evitar baches y zanjas. Además, también se podrá conducir desde fuera –como si fuese un modelo de radiocontrol, pero en escala 1:1– con una tableta o un smartphone. Conducir sin volante. Vehículos como el Mercedes S500 Intelligent Drive parecen condenar el volante a la extinción. Hablamos de un coche que conduce por sí solo gracias a cuatro radares que le permiten saber dónde está en todo momento. Es capaz de distinguir los objetos estáticos de los dinámicos, cede el paso en los cruces, distingue los colores de los semáforos... Parece cosa de ciencia-ficción, pero ya se han realizado los primeros ensayos con tráfico real y ha superado la prueba con éxito. No obstante, tendremos que esperar hasta 2020 para que llegue al mercado. El frenado automático. Volvo siempre ha sido pionera en materia de seguridad y su último modelo, el XC90, se ha convertido en el primer coche del mercado que incorpora la frenada automática en intersección. No solo vigila delante de nosotros, sino también en los laterales –hasta una distancia de 80 metros– para, en caso de un posible accidente, frenar el coche en seco de manera automática. Con información de El País