México- Investigadores del Instituto de Física de la UNAM trabajan en el desarrollo de celdas de combustible a partir de un hidruro metálico para aprovechar el potencial que ofrecen las pilas de hidrógeno para automóviles no contaminantes. La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) informó que la investigadora Alejandra López Suárez trabaja en el desarrollo de esas celdas de combustible, en cuya estructura metálica se introdujo el hidrógeno con resultados favorables. La académica explicó que no todos los metales pueden absorber hidrógeno y formar hidruros metálicos, de manera que los que funcionan mejor son las aleaciones de titanio como la de este metal y el fierro o cromo. Sin embargo explicó que un hidruro metálico formado por la aleación de titanio-fierro se oxida con facilidad y se vuelve quebradizo a medida que recibe hidrógeno. Es por esa razón que en el proyecto se trabaja con una aleación de titanio, aluminio y vanadio conocida también como TiAIV, que en la práctica ha demostrado ser resistente. Ello se debe a que, aunque también se oxida, tiene la ventaja de que al entrar en contacto con el aire se forma una capa superficial delgada de óxido que protege al resto de material. Entre las ventajas observadas mediante esta aleación es que el hidruro obtenido es estable, lo cual quedó demostrado al almacenarlo un año a temperatura ambiente sin que presentara variación alguna. Sin embargo, para usar este último como tanque de combustible, una sola hidrogenación es insuficiente. “Hice hasta cinco más y descubrí que cada vez era más fácil introducir el elemento en el sistema”, dijo. En éste, el hidrógeno no está en estado gaseoso ni líquido, sino sólido, lo que hace estable y seguro su manejo. Al aplicar altas temperaturas se rompen los enlaces metal-hidrógeno y éste se libera de manera controlada. Recordó que hasta ahora, el hidrógeno almacenado en celdas de combustible puede utilizarse mediante dos procesos: la combustión y la conversión en electricidad. En la primera se quema en un motor de explosión, como la gasolina, pero de esta manera es poco eficiente; en la segunda, las pilas de este elemento dan mejores resultados, pues los vehículos funcionan como si fueran eléctricos de baterías. Explicó que las pilas reciben hidrógeno de las celdas de combustible y oxígeno del aire; luego, mediante un proceso electroquímico se genera vapor de agua y energía eléctrica para hacer funcionar el motor. Como el subproducto del proceso de conversión en electricidad es vapor de agua por lo que este combustible se considera limpio, agregó.