México, Científicos del Instituto de Investigaciones en Materiales de la UNAM desarrollan un recubrimiento para implantes metálicos que sea de bajo costo y mejore las propiedades de interacción a nivel celular. La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) informó en un comunicado que el equipo encabezado por la investigadora Sandra Rodil ha trabajado con diversos materiales también para ayudar a promover el crecimiento del hueso e inhibir la adhesión de bacterias. Tras diversas pruebas, la secretaria técnica de Formación de Recursos Humanos explicó que los mejores resultados se han obtenido del óxido de titanio, el cual es el más resistente a la corrosión y el más conveniente para interactuar con un medio biológico. Señaló que casi todos los implantes para sustituir hueso requieren ser de metal, porque tienen las propiedades mecánicas más adecuadas. Sin embargo, precisó que los que poseen una respuesta de biocompatibilidad y que son de uso médico son sólo tres, y éstos son las aleaciones de titanio, el cobalto-cromo y el acero inoxidable. La investigadora destacó que a escala mundial el titanio ha ganado terreno, aunque México no es un productor de ese metal, ni mucho menos de los implantes, por lo que son extremadamente caros y para obtenerlos “dependemos de la importación”. Ante esa situación, expuso que la idea es buscar una alternativa, un metal o sustrato como el acero inoxidable, que sí se produce en el país, para fabricar los implantes, y luego colocarles un recubrimiento. Dicho recubrimiento sería una especie de pintura especial que les brinde las mejores propiedades de biocompatibilidad y resistencia a la corrosión, y con el que las células interaccionen bien y permita su funcionamiento idóneo. Para ello, se han estudiado diferentes óxidos metálicos, como los de circonio, tantalio y niobio, de los cuales se analiza desde su resistencia a la corrosión, hasta su interacción con células, bacterias e incluso proteínas. Esto se debe a que al colocar un implante, el primer fenómeno que se presenta es una adsorción de proteínas en su superficie; luego interaccionan las células y las bacterias, aunque aquí se pretende que las primeras sean las que empiecen a poblar la superficie de la prótesis y produzcan hueso nuevo. Como resultado de la investigación se ha descubierto que el óxido de titanio es el más atractivo y el que tiene una mejor respuesta, por lo que los investigadores se esfuerzan en mejorarlo hasta lograr que una pieza de acero inoxidable recubierta sea igual que una de titanio, pero más económica. Asimismo, entre los nuevos hallazgos se detectó que el recubrimiento amorfo promueve más el proceso de diferenciación celular. Lo anterior significa una ventaja económica, pues no se requiere de un recubrimiento con arreglo cristalino, ordenado, ya que ello requiere calentar la muestra antes de hacer el depósito, lo cual representa una inversión mayor. Señalo que esta investigación, financiada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y el Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica de la UNAM, deberá tener una aplicación real. Ello implica pruebas de implantes colocados en animales para determinar su funcionamiento a tiempos más largos, finalizó Sandra Rodil.