Con el objetivo de hacer más rentable la obtención de biocombustibles, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) estudia bacterias que fertilizan leguminosas y otras plantas para producirlos. En un comunicado, la institución precisó que el Centro de Ciencias Genómicas, en Morelos, investiga la relación entre la bacteria Rhizobium y el huaje o guaje, leguminosa con la que se hace el huaxmole, platillo tradicional de la cocina mixteca poblana. La investigación, a cargo de la científica Esperanza Martínez Romero, responde a la necesidad de hacer crecer cultivos que se usen como biocombustibles, es decir, un combustible hecho de residuos orgánicos que no contamina. El huaje, indicó la UNAM, es un árbol de crecimiento rápido, de hojas pequeñas que se degradan fácilmente y se incorporan al suelo como materia orgánica, fijando 240 kilogramos de nitrógeno por hectárea al año, por lo que se le conoce como “planta que fertiliza”. Agregó que el equipo de investigación colabora con la Fundación Produce en el estado de San Luis Potosí para dotar de proteína a los pastizales con los que se alimenta el ganado. Asimismo, se trabaja en el análisis de biofertilizantes con los que se produce etanol, un tipo de biocombustible para los automóviles. Además las oleaginosas pueden producir aceites que sustituyan al diésel o la bioturbosina, indicó. La investigadora Martínez Romero también coadyuva con un proyecto estatal para producir bioturbosina, utilizando el piñoncillo mexicano, planta que tiene algunas variedades tóxicas que pueden causar cáncer y otras, nativas de México y Centroamérica, son inocuas. Por otro lado, consideró prioritario reglamentar el uso de las variedades y evitar que se importen y siembren las que contienen esas sustancias nocivas para que se produzcan biocombustibles en el país.