Notimex / La Voz de Michoacán Ciudad de México. El cáncer de mama es “un tumor desafiante para la salud de las jóvenes mexicanas”, ya que es el más diagnosticado en las mujeres de 40 años o menos y la principal causa de muerte en este grupo de edad, señaló Liliana Gómez Flores Ramos, investigadora del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Indicó que en el país se presentan alrededor de tres mil casos anuales en población juvenil y que las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama en México son en promedio 10 años más jóvenes que las que reciben esta misma noticia en Canadá y Estados Unidos. Que los tumores mamarios representen un desafío para la salud de las jóvenes, se debe también a que en ellas crecen más rápido y son más agresivos y a que suelen ser diagnosticados en etapas más avanzadas, abundó la autora del proyecto "Biomarcadores moleculares en mujeres jóvenes con cáncer de mama". Al respecto, refirió que estudios realizados en el Instituto Nacional de Cancerología muestran que las mujeres jóvenes presentan mayor retraso en el diagnóstico en comparación con las mujeres mayores de 40 años, lo que se explica por la falta de sospecha de cáncer en el primer servicio de salud consultado. La especialista destacó que, en las mujeres jóvenes, los antecedentes familiares de cáncer son el factor de riesgo más importante, por lo que en estos casos el “diagnóstico genético permite tomar decisiones informadas sobre el seguimiento y tratamiento” y también “posibilita la identificación de familiares portadores de la mutación para tomar medidas de prevención primaria”. Flores Ramos recomendó acompañamiento psico-oncológico para estas pacientes, quienes suelen experimentar angustia y depresión, asociados con las intervenciones oncológicas, con la amenaza continua de recurrencia de la enfermedad y de muerte y particularmente con la vulnerabilidad que sienten al ser diagnosticadas en una etapa donde están consolidando proyectos profesionales, personales y familiares. Asimismo, informó que un estilo de vida saludable que incluya actividad física, baja ingesta de grasas y alimentos procesados y que evite el consumo de tabaco y alcohol puede disminuir el riesgo de cáncer de mama hasta 50 por ciento, mientras que la lactancia materna durante un año lo reduce 4.3 por ciento. La creciente incidencia y mortalidad de cáncer de mama entre las mujeres latinoamericanas jóvenes es un llamado a la acción de programas nacionales enfocados en la lucha contra el cáncer de mama. Además, se deben implementar unidades especializadas para brindar una mejor atención a este grupo de mujeres altamente vulnerable”, apuntó la investigadora.