Agencias / La Voz de MichoacánEUA. El virólogo alemán Christian Drosten es uno de los más prestigiosos a nivel mundial en su campo –fue de los primeros en identificar el Sars en 2003– y por eso sus comentarios, análisis y predicciones en el contexto de pandemia del coronavirus actual son escuchados en todo el mundo. Este viernes el diario alemán Spiegel publicó una entrevista con él en el que diseminaron la actual situación en la crisis del COVID-19 y lo que cabe esperar en un futuro más o menos inmediato y sus predicciones no son nada esperanzadoras. A lo largo de una extensa conversación con Rafaela von Bredow y Veronika Hackenbroch, el director del Instituto de Virología en el Hospital Charité de Berlín, se muestra realmente preocupado por cómo están yendo las cosas no solo en Alemania, también a nivel mundial. Es cierto que la llegada de la vacuna del COVID-19 ha insuflado un halo de esperanza en la población y generado una cierta perspectiva de que para verano todo irá mejor. Sin embargo, con las nuevas variantes del virus extendiéndose por Europa (especialmente la británica), Drosten ha hecho un llamamiento a la calma en cuanto a las expectativas generadas por la recepción de la vacuna y ha avanzado lo que puede pasar dentro de unos meses, cuando mayores y población de riesgo hayan recibido las dosis correspondientes y estén inmunizados. Aunque suene a utopía, cree que los gobiernos y las autoridades sanitarias deben apostar por la búsqueda del contagio cero. “Sería posible con un esfuerzo significativo. El virus, por supuesto, continuaría estallando, tal como hemos visto en China y Australia. Pero valdría la pena al menos identificar cero nuevas infecciones como objetivo. Principalmente porque estoy bastante preocupado por lo que de otro modo podría suceder en primavera y verano”, analiza. Lo que le preocupa, de no apostar por esa vía a nivel general y prolongada en el tiempo es que, “una vez que los ancianos y quizás parte de los grupos de riesgo hayan sido vacunados, habrá una inmensa presión económica, social, política y quizás también legal para poner fin a las medidas del coronavirus”. Esa presión se ha visto en España con lemas como 'salvar el verano’ y ‘salvar la Navidad’. Se relajaron las restricciones y vinieron la segunda y la tercera ola de contagios. De ahí que el presidente de la Sociedad Española de Inmunología, Marcos López Hoyos, haya avisado que lo mejor es ir olvidándose de la Semana Santa. Las declaraciones de Drosten van ese mismo sentido. Tiene muy claro qué ocurrirá si llega la primavera y se cede a esas “presiones” que menciona: “Luego, una gran cantidad de personas se infectarán en poco tiempo, más de lo que podemos imaginar en este momento. No tendremos 20.000 o 30.000 casos nuevos al día, sino hasta 100.000 en el peor de los casos”. Admite que sí, que serán pacientes más jóvenes puesto que los mayores estarán inmunizados, pero eso no hace que su predicción sea mucho mejor. “Por supuesto, serán principalmente las personas más jóvenes, las que tienen menos probabilidades que las personas mayores de tener síntomas graves, pero cuando una gran cantidad de personas jóvenes se infecten, las unidades de cuidados intensivos se llenarán de todos modos y muchas personas morirán. Solo que serán personas más jóvenes. Podemos amortiguar un poco este terrible escenario reduciendo los números ahora”, ha alertado. Otro de sus avisos, centrado en Alemania y poniendo precisamente como ejemplo a España, tampoco es mucho más esperanzador y tiene que ver con la creencia de que con el aumento de las temperaturas el panorama de contagios mejorará. “No lo creo. El hecho de que tuviésemos un verano tan relajado en 2020 probablemente tuvo que ver con el hecho de que nuestros números de casos se mantuvieron por debajo de un umbral crítico en la primavera. Pero ese ya no es el caso. Me temo que será más como en España, donde el número de casos volvió a subir rápidamente después de que se levantó el bloqueo, a pesar de que hacía bastante calor. También en Sudáfrica, donde actualmente es verano, el número de casos es elevado”, ha analizado. Christian Drosten se ha convertido con el paso de los meses en la cara y la voz más conocidas en Alemania por los ciudadanos. Muy bien valorado entre sus colegas de profesión, ha sido consultado tanto por la canciller alemana Angela Merkel como por el ministro de Salud, Jens Spahn, y en abril lanzó un podcast titulado Coronavirus Update muy popular en su país. Su calma a la hora de transmitir y analizar los datos de la epidemia y sus habilidades como comunicador se suman a su larga carrera como virólogo y el ser uno de los científicos que mejor conoce al coronavirus. A sus 47 años, fue de los primeros en adentrarse en la investigación del SARS hace 14 años. Fue el primero que logró desarrollar una prueba de diagnóstico y compartió el protocolo de manera libre en Internet. Criado en una granja porcina en el norte del país, como recogía un perfil suyo trazado por sciencemag.org durante los primeros meses de pandemia, Drosten, casado y con un hijo, estudió medicina en Frankfurt y ha tenido una carrera ascendente. Estuvo un tiempo trabajando en Hamburgo y de ahí paso rápido a profesor titular de la Universidad de Bonn. Con solo 35 años ya era director del Instituto de Virología y cuenta con varios premios y reconocimientos debido a su investigación sobre el SARS. Ahora la pandemia le ha dado la popularidad entre la población alemana de la que ya gozaba dentro de la comunidad científica.