Maridaje fácil: ¿Qué vino combina mejor con tu cena o evento?
Conoce reglas básicas que te ayudarán a realzar tus cenas y eventos, con maridajes equilibrados que puedan potenciar los sabores y la experiencia gastronómica.


Lo primero que hay que saber es que el maridaje perfecto realza tanto el vino, como la comida. Por lo tanto, una regla básica es combinar vinos ligeros con platos delicados, y vinos más robustos con comidas intensas, ya que la acidez equilibra grasas, y los taninos suavizan las carnes rojas.
Puedes guiarte en esos principios básicos, para empezar a experimentar y comprobar cómo los sabores se complementan y potencian entre sí, y cómo son capaces de crear experiencias gastronómicas inolvidables que te harán descubrir combinaciones que se adaptan a tus gustos personales.
Ya que, si bien hay reglas generales, la elección final depende de tus preferencias y del equilibrio entre los ingredientes y el vino.
Si te interesa profundizar más en el tema, aquí te compartimos otras bases prácticas sobre el maridaje, para que puedas distinguir cuándo es mejor elegir una botella de vino tinto y cuándo es mejor una de vino blanco, según el tipo de comida a servir.
Guía sencilla de maridaje según el tipo de comida
A continuación, te compartimos algunas recomendaciones claras y ejemplos prácticos, para maridar vinos con distintos tipos de comida, desde carnes y pescados, hasta postres y quesos.
Como ya mencionamos, notarás que la clave está en equilibrar sabores, texturas y características del vino, con los ingredientes del platillo, para lograr combinaciones armónicas y deliciosas para el paladar.
1. Carnes rojas
Las carnes rojas, como el filete, el cordero o la carne asada, combinan mejor con vinos ricos en taninos y estructurados. Esto es porque este tipo de bebidas tienen la capacidad de equilibrar la grasa de la carne y hacer resaltar su sabor.
Algunas recomendaciones: Cabernet Sauvignon, Malbec, Syrah o Tempranillo.
¿Por qué funciona? Los taninos presentes en estos vinos ayudan a descomponer las proteínas de la carne, suavizar su textura y realzar su sabor. Además, la intensidad del vino complementa la potencia del plato.
Consejo de expertos: Si la carne tiene una salsa con base de tomate o especias intensas, un Zinfandel o un Sangiovese pueden crear un contraste delicioso.
Opción innovadora: Un Carmenere chileno, con notas de especias y frutos rojos, puede ser un maridaje poco convencional, pero de una experiencia gratificante.


2. Carnes blancas
El pollo, el pavo y el conejo requieren vinos más suaves y equilibrados, para que no contrarresten los sabores sutiles de esas proteínas.
Recomendación: Un vino Chardonnay, un Viognier o un Pinot Noir ligero son excelentes opciones.
¿Por qué funciona? Un vino blanco con cierto grado acidez o un tinto ligero complementan sin opacar los sabores delicados de las carnes blancas. Además, si la preparación incluye hierbas aromáticas, los vinos con notas florales o cítricas también podrían ser ideales.
Consejo adicional: Para carnes blancas a la parrilla, un Sauvignon, con acidez equilibrada, puede ser una excelente opción.
Maridaje alternativo: Un Chenin Blanc seco con notas de miel y manzana aporta una combinación fresca y sorprendente.
3. Pescados y mariscos
El maridaje depende del tipo de pescado y su preparación. Si bien los vinos blancos son la elección más común, algunos tipos de tintos ligeros también pueden funcionar. Por ejemplo:
- Pescados grasos (salmón, atún): Se sugiere un Chardonnay con crianza, Pinot Noir o un blanco untuoso.
- Pescados blancos (bacalao, lenguado): Un Sauvignon Blanc, Albariño o Verdejo, son opciones recomendables.
- Mariscos: Un vino espumoso, como un Riesling, puede ser una excelente opción.
¿Por qué funciona? Los vinos blancos frescos resaltan la delicadeza de los mariscos y la acidez corta la grasa de los pescados más grasos.
Consejo de expertos: Para platos con salsas cremosas, un vino blanco seco, como el Chablis, puede equilibrar la textura del platillo.
Propuesta diferente: Un rosado seco, como un Côtes de Provence, puede ser una opción vibrante para mariscos a la parrilla.
4. Pastas
El maridaje con pastas depende principalmente de la salsa utilizada. En general, puedes relacionarlos así:
- Salsa de tomate: Chianti, Sangiovese o Merlot (que son tintos con acidez que equilibran la acidez del tomate).
- Salsas cremosas: Chardonnay o Viognier (la untuosidad de esas bebidas, armoniza con la cremosidad).
- Pesto: Sauvignon o Vermentino (la frescura complementa la albahaca y el ajo).
- Salsas con carne: Un buen vino Barbera o un Montepulciano D'Abruzzo pueden potenciar los sabores de la salsa y la carne.
- Salsa Alfredo: Un vino Pinot Grigio o un Fiano pueden ser opciones frescas y equilibradas.
5. Comida picante
Por su parte, los platos especiados necesitan vinos frescos y frutales para equilibrar el picante, sin acentuar su intensidad.
Algunas recomendaciones: Riesling, Gewürztraminer o un Zinfandel afrutado.
¿Por qué funciona? Los vinos con dulzura natural y baja graduación alcohólica amortiguan la sensación de picor.
Consejo adicional: Evita los vinos con alto contenido en taninos o alcohol, ya que pueden intensificar la sensación de ardor en boca.


6. Quesos
El maridaje de quesos es variado, pero hay algunas reglas que pueden orientarte. Por ejemplo:
- Quesos blandos y cremosos (Brie, Camembert): Chardonnay o Pinot Noir.
- Quesos curados (Parmesano, Manchego): Tempranillo o Cabernet Sauvignon.
- Quesos azules (Roquefort, Gorgonzola): vinos con cierto dulzor, como Sauternes u Oporto.
¿Por qué funciona? La grasa del queso se equilibra con la acidez o dulzura del vino.
Consejo de expertos: Prueba un vino espumoso con quesos cremosos, para obtener un contraste delicioso y refrescante.
7. Postres
Finalmente, los vinos con cierto grado de dulzor, son la mejor opción para acompañar postres y evitar un contraste que haga parecer el vino muy amargo.
- Chocolate: Combina con un Oporto, Malbec o Zinfandel.
- Frutas y pastelillos: Degusta con un Moscato, Riesling o Sauternes.
- Postres cremosos: Un Jerez dulce o un Tokaji, son opciones recomendables.
¿Por qué funciona? Un vino con menor cantidad de taninos, evita que se opaque alguno de los sabores.
Consejo adicional: Si el postre tiene frutos secos, un Oporto Tawny puede realzar los sabores tostados.
Conclusión
Ahora tienes más información para elegir el vino adecuado para tu cena o evento, compartir tu buen gusto en la mesa y mejorar la experiencia gastronómica de tus invitados. Con estas bases del maridaje, será más fácil tomar decisiones acertadas y a disfrutar más de cada combinación.
Sin embargo, recuerda que estas recomendaciones no son reglas absolutas, sino guías para orientarte. La mejor combinación siempre será la que más disfrutes.
Te invitamos a experimentar, probar diferentes opciones y descubrir cómo ciertos vinos resaltan los sabores de tus comidas favoritas, para hacerte disfrutar de cada bocado y sorbo al máximo.