Redacción / La Voz de Michoacán En México, el cáncer de próstata es la primera causa de enfermedad y muerte masculina, y registra 7 mil decesos al año aproximadamente, además de ser el tipo de neoplasia maligna con mayor prevalencia, afectando a 42 hombres por cada 100 mil habitantes. Gracias a la innovación farmacéutica, se han desarrollado diversas alternativas terapéuticas que brindan una mayor sobrevida de los pacientes; sin embargo, aún se tiene un gran reto por vencer: los tabús existentes alrededor de la detección temprana, la cual es fundamental para un tratamiento oportuno. Se han llevado a cabo diversas campañas sobre la importancia de que los hombres a partir de los 50 años se realicen un tamizaje para detectar la enfermedad en etapas tempranas, cuando no hay síntomas y es curable. Sin embargo, esto sigue siendo un enorme pendiente en México, donde 60% de los casos de cáncer de próstata son detectados en etapas avanzadas. La doctora Ana Polanco, directora médica de Astellas Pharma México, expuso que el cáncer de próstata es el aumento desmedido por la duplicación y/o replicación de las células en la próstata, la cual es parte del sistema reproductor masculino, que se encuentra debajo de la vejiga y tiene como una de sus funciones principales producir líquido prostático, que ayuda a los espermatozoides en la maduración y a que puedan llegar a una fecundación exitosa. “Aproximadamente 97% de los casos de cáncer de próstata se producen en hombres mayores de 50 años, y entre 70 y 80% en mayores de 65 años. Un factor de riesgo muy importante son los antecedentes familiares. Si el hombre tiene familiares con cáncer de próstata en línea directa, como su padre o su abuelo, es dos veces más factible que tenga cáncer de próstata,” explicó. Si tiene más de un familiar, “esta proporción aumenta hasta 5 veces, y hasta 11 veces si tiene dos o más familiares. La existencia de familiares directos mujeres con cáncer de mama o de ovarios también es un factor de riesgo para la aparición de cáncer de próstata. En cuanto al estilo de vida, factores como el sedentarismo, la obesidad o el tabaquismo pueden influir, aunque no son determinantes. La especialista informó que quienes reciben el tratamiento adecuado tienen una sobrevida de más del 99% en los primeros cinco años de detección de su cáncer, y pueden llegar a tener una sobrevida de 80% a más de 10 años. “Evidentemente tenemos que trabajar para ofrecer mayores ventajas al 20% que estamos perdiendo en el transcurso de este tiempo. Hoy hemos logrado reducir en dos tercios la mortalidad”, dijo. Respecto a la detección temprana de la enfermedad, Ana Polanco explicó que “un reto persistente es crear conciencia en la población masculina sobre la importancia de la detección temprana, ésta permite monitorear el progreso del cáncer y administrar el tratamiento indicado en el momento oportuno”. Desafortunadamente, “en México 60% de los pacientes llega en etapas avanzadas. En esos casos la calidad de vida disminuye, porque ya hay dolor y metástasis en huesos y otros órganos, que hacen mucho más difícil el tratamiento. Los tratamientos que se tienen que dar, como la quimioterapia, son mucho más agresivos y causan efectos adversos. La detección temprana es más importante que cualquier otra cosa que podamos hacer con los pacientes”. Hay cánceres de próstata “de bajo riesgo y de alto riesgo. Los pacientes que tienen el primer tipo deben ser observados, pero pueden estar sin tratamiento o recibir uno muy ligero, y suelen vivir muchos años. Los pacientes de alto riesgo son aquellos en quienes la enfermedad tiene una evolución más acelerada. Estos pacientes se tienen que identificar, y hace 50 años muy probablemente esto no ocurría”.