Agencias / La Voz de Michoacán Ciudad de México. Antes de reutilizar un envase de yogur o crema, debería de revisar si el material con el que fue construido es apto para almacenar comida, ya que sí no lo hace, al momento de guardar los alimentos en este tipo de botes para luego consumirlos podría estar poniendo en peligro su salud, ya que existen dos razones por las cuales no es recomendable utilizar este tipo de recipientes para el “recalentado”. De los riesgos de esta práctica habitual habló la Revista del Consumidor, en su última edición, donde explica todos los pormenores, sobre todo porque la reutilización de los botes de yogur es una práctica común dentro de las cocinas mexicanas. Foto: Twitter. Cuando encuentras estos envases dentro de tu refrigerador, lo más probable es que contengan todo tipo de guisados o frijoles en vez de su producto original y aunque esto ya es algo habitual en hogares de todo el país, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) señala que esta forma de almacenamiento de alimentos podría ser más dañina de lo que pensamos. De acuerdo con la última edición de la Revista del Consumidor, los envases de tus productos favoritos están diseñados para utilizarse por única vez, ya que se deterioran fácilmente y al agrietarse o romperse se convierte en la entrada de bacterias que contaminan tu comida como la salmonella, campylobacter o E. coli, los principales enemigos de tu estómago que causan desde diarreas, calambres estomacales, fiebre, vómitos o hasta daños en los riñones, lo describe la Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos (FDA). Cuando se guarda comida en este tipo de recipientes se corre el riesgo de exponerse a la contaminación cruzada, especialmente si se guarda carne, pescado crudo o alimentos grasientos, ya que los microorganismos que estos alimentos transfieren al envase van desde bacterias, virus o parásitos que pueden ser perjudiciales para la salud. Así mismo el sitio especializado Unlock Food agrega que los envases de plástico no deben reutilizarse si están dañados, manchados o tienen olores desagradables. Tampoco son lo suficientemente fuertes para usarlos en congelación, descongelación o para lavarlos de manera frecuente. De igual forma, Profeco indica que los envases de plástico se categorizan del uno al siete según su material de fabricación. Para que los reconozcas con facilidad, este número se encuentra encerrado por un triángulo hecho de flechas. Los recipientes aptos para el contacto directo con alimentos poseen el símbolo de una copa y un tenedor juntos. Este señalamiento aparece en algunos plásticos de la clasificación 2, 4 y 5, así que es importante que revises tu envase antes de darle un segundo uso. La organización científica Food Packaging Forum asegura que el resto de los envases de plástico son más propensos a la liberación de sustancias químicas cuando se calientan, las cuales se adhieren a los alimentos y traen consigo efectos negativos. Foto: Twitter. La presencia de plastificantes o Bisfenol A (BPA por sus siglas en inglés) se ha vinculado a alteraciones hormonales y aumento en el riesgo de desarrollar cáncer. Asimismo, ciertos contenedores de PET contienen antimonio, cuya ingesta provoca diarrea, anemia, problemas cardíacos, dolores musculares y articulares. Por estas razones, Profeco aconseja que almacenes tus alimentos y restos de comida en recipientes de vidrio o contenedores creados para ese propósito específico. Si no quieres tirar tus envases de plástico, reutilízalos para guardar objetos o como macetas. Harvard Health Publishing sugiere que no calientes alimentos en recipientes de plástico dentro del microondas y optes por productos empaquetados en otros materiales, si es posible. Con información de El Universal.