Agencias / La Voz de Michoacán México. Un mes después de que las principales conferencias de la National Collegiate Athletic Association (NCAA) suspendieran su regreso en el otoño estadounidense frente al avance de la pandemia, el fútbol americano hoy vive días de luto por la muerte de Jamain Stephens, un jugador de 20 años de California University of Pennsylvania (Cal U) que sufrió complicaciones tras atrevesar el Covid-19. Según informa la cadena NBC, Stephens había jugado las últimas tres temporadas en la Universidad de California, que canceló esta temporada de fútbol debido a la pandemia. El joven era estudiante de administración de empresas, había jugado 32 partidos a lo largo de tres temporadas y estaba por transformarse en un liniero defensivo senior en el equipo. Su padre, también llamado Jamain, jugó en la NFL como liniero ofensivo entre 1996 y 1998 en los Pittsburgh Steelers y entre 1999 y 2003 en los Cincinnati Bengals. "Jamain era un estudiante maravilloso con una sonrisa en su rostro cada vez que lo veía", dijo Karen Hjerpe, la directora atlética de la Universidad, en un comunicado. "Su personalidad era contagiosa y tuvo un impacto tan positivo en todos los que conoció". https://twitter.com/calvulcans/status/1303396417520758784 Damar Hamlin, compañero de equipo de Stephens en la escuela secundaria y actual jugador Universidad de Pittsburgh, escribió sobre su muerte en Twitter. "Dejé de practicar y escuché las peores noticias. RIP JUICE", escribió Hamlin. "El alma más genuina y cariñosa de este planeta. Tocaste a tantos con amor y risas. Aprecien a todos sus hermanos mientras todavía están aquí y POR FAVOR continúen tomándose este virus en serio. Te extrañaremos mucho. Solo quiero darle a tu mamá el mayor abrazo, hermano". Tras la noticia, el mundo del fútbol américano volvió a encender las alarmas por los efectos de la pandemia, justo días antes del reinicio de la NFL: mañana volverá la actividad oficial con el debut del vigente campeón Kansas City Chiefs frente a Houston Texans. Diversos especialistas han alertado sobre los crudos efectos del coronavirus en los atletas universitarios, que pueden llegar a experimentar una miocarditis, que es la inflamación de la capa media de la pared del corazón. Recientemente, en un artículo publicado en New York Times, el doctor Curt Daniels, director de cardiología deportiva de la Universidad Estatal de Ohio, anunció una "tasa alarmantemente alta de miocarditis (inflamación del corazón que puede provocar un paro cardíaco con el esfuerzo) entre los atletas universitarios que se han recuperado del coronavirus", de acuerdo a un estudio de tres meses en el que ha estado trabajando durante la pandemia. Según el informe, un 15% de los atletas que atravesaron el virus se les detectó miocarditis, a pesar de haber experimentado únicamente síntomas leves o nulos tras contagiarse. Las palabras de Daniels se dieron después de a que comienzos de agosto se comprobó que al menos cinco atletas de la conferencia del Big Ten fueron diagnosticados con miocarditis, al igual que otros varios atletas de otras conferencias. La condición es usualmente causada por una infección viral, incluyendo aquellas que causan el resfriado común, la influenza H1N1 o mononucleosis. De acuerdo a un informe de ESPN con especialistas, si deja sin diagnosticar o tratar, puede ocasionar daño cardiaco y arresto cardiaco repentino, lo que puede ser fatal. Se trata de una condición rara, pero el virus del COVID-19 ha sido vinculado con la miocarditis con mayor frecuencia que otros virus, a partir de los estudios y la evidencia anecdótica que se tiene desde el inicio de la pandemia. Para el doctor Jonathan Drezner, director del University of Washington Medicine Center for Sports Cardiology, la gente puede sufrir de inflamación miocárdica, sentirse bien, y nunca saberlo. Pero, en particular, la mayoría de atletas que sufren de miocarditis deberían atravesar una restricción de actividad de tres a seis meses para retomar sus tareas habituales. Aunque, en algunos casos, la inflamación puede convertirse en cicatriz y poner en riesgo al paciente por un latido irregular que puede terminar en un repentino paro cardiaco, originado por el ejercicio.