Agencias / La Voz de MichoacánMujeres de diferentes edades y profesiones se dieron cita hace pocos días en Cali para escuchar al psicólogo y sexólogo Ezequiel López Peralta, quien les dictó el taller ‘Trucos para enloquecerlos en la cama’. El evento tuvo lugar en la Boutique de Sexo My Love, en Ciudad Jardín, y tuvo lleno total. El profesional argentino con ayuda de un videobeam, títeres, relatos de anécdotas, información de investigaciones y muchas bromas y apuntes humorísticos, les dejó muchas enseñanzas a las asistentes. El País escogió algunas de estas, para compartirlas con sus lectores: 1. Actitud erótica Desarrollar una actitud erótica es clave para llegar a ser una amante que vuelva ‘loco’ de placer a su pareja en la intimidad. Esta actitud es una disposición al placer, al disfrute, tanto de forma individual como compartida, pues el erotismo es algo que se puede vivir de diferentes maneras. Asumir una actitud erótica permite entender que no solo se disfruta de la sexualidad con penetración o con sexo oral, sino con el contacto piel a piel, con la participación de todos los cinco sentidos, con la creatividad. Para gozar y hacer gozar se debe tener una mente abierta, para explorar mucho más allá de lo genital; la mujer se debe conocer mejor a sí misma y a su pareja. 2. Autoestima y autonoconocimiento Para ser una diosa apasionada en la cama quiera su cuerpo, valórelo. No se acompleje por el gordito, la celulitis ni porque no tenga la figura perfecta. La mayoría de personas en el mundo no tienen cuerpos perfectos y muchas lo disfrutan o lo aprovechan. La mujer debe entender que, en general, el hombre no es un fiscal que esté mirando todo el tiempo los defectos que ella tiene. Ellos miran lo que les gusta: la desnudez, verla mover su cuerpo, como juegan con este, con su cabello, su goce cuando está con él. Eso es, en el fondo, lo que ellos valoran y disfrutan, no tanto un cuerpo perfecto. Esa es la primer arma: empoderamiento, confianza en su cuerpo, en sí misma. La mujer debe sabe cómo funciona su cuerpo, cuáles son sus zonas erógenas, de qué maneras estimularlas. Así como cuáles son sus mejores atributos para resaltarlos. Si ella está consciente de que tiene buenas piernas, bonitos senos, pronunciadas curvas, debe lucir vestidos sensuales, ropa interior o disfraces que destaquen esas partes que a ella le gustan o que le encantan a su pareja. 3. Conozca su pareja Aunque crea que conoce mucho los gustos de su pareja en la intimidad, no pierda la curiosidad, la capacidad de exploración, porque a él le puede gustar alguna otra cosa diferente a lo que ya está acostumbrado. Y déjese usted también explorar. Él puede ayudarle a descubrir algo que ni usted sabía que le encanta. Detalle qué es lo que más disfruta su pareja y para eso hay una cantidad de tácticas, trucos, juegos, que puede aprender asistiendo a charlas con profesionales expertos, viendo filmes, leyendo... Es un juego de conocimiento mutuo, de comunicación corporal y demás. Es importante, por tanto, aprender a desarrollar esa habilidad para proponer y hacer cosas diferentes. 4. Recupere la intimidad Muchas parejas comparten el dormitorio y la cama, pero no la intimidad, porque no se conectan. Cuando los hijos duermen uno prefiere ver Netflix y el otro mirar las redes en su Tablet. La intimidad es desconectarse del trabajo, de los celulares, de los problemas. Es conversar, divertirse juntos, sentir que la pareja da seguridad, genera tranquilidad, es recuperar el tiempo, el espacio, el deseo de estar juntos. La mujer no debe esperar que él siempre sea quien tome la iniciativa para intimar. Seduzca a su pareja, provóquelo con la mirada, acercándose sensualmente, atráigalo con su lenguaje corporal. Ella debe ser clara en lo que le agrada y quiere. Si no le gusta que él la bese detrás de la oreja, deje de poner cara de asco y de resignarse en silencio. Pueden pasar años y él nunca notará que esa conducta no le agrada. Dígaselo de manera sutil y cariñosamente. Si no le agrada verlo con mucho vello púbico puede convencerlo de quitárselo con este argumento: la investigación de un sexólogo arrojó que al hombre que se rasura completamente el vello púbico, el pene se le ve ¡dos centímetros más grande! Deben conversar también sobre si les gusta el lenguaje fuertecito durante la intimidad. Eso es parte de la comunicación sexual básica. 5. Fantasías Una fantasía es una imagen mental de algo que a usted le gustaría hacer o que hizo y al evocarlo enciende su deseo. En su fantasía usted puede estar con quien quiera, en donde quiera, cuando quiera y ellas son escenarios para tener variantes, hacer cosas diferentes y llegar a la acción. Las fantasías provocan el deseo de una persona. Y cuando la mujer no siente ganas de tener sexo (cosa que pasa más en las mujeres que en los hombres) puede echar mano de ellas. Cree sus fantasías o recupere escenas que le fueron excitantes. Dedique cinco, diez minutos a fantasear en un sitio tranquilo, cuando usted esté relajada y notará después de ello cómo querrá entregarse con frenesí a su pareja. 6. Evite los repelentes sexuales Cuídese de esos estímulos negativos que hacen que se pierda el deseo sexual: malos olores en axilas, pies, zona íntima; alitosis; la ropa desgastada, los comportamientos torpes o rutinarios... 7. Explore su mapa erótico En el plano erótico masculino lo visual tiene una jerarquía sumamente importante. El hombre es más visual y se activa en cuestión de segundos observando no solamente el cuerpo, si no los movimientos del mismo. Es bueno que ella demuestre que disfruta del cuerpo de su pareja y que sabe mover su propio cuerpo para seducir al hombre desde lo visual. Por lo visual los hombres son muy fetichistas, por eso a algunos les gusta que su mujer se adorne, que luzca determinadas prendas de cuero, de pieles, ciertos vestidos; zapatos de tacones muy altos. También debe conocer las zonas erógenas puntuales de su pareja. Generalmente, el hombre es mucho más genital que la mujer, así que para él son muy importantes las caricias en su zona íntima y el sexo oral. También puede jugar con algunos complementos para optimizar la sensación genital como lubricantes que provocan calor, frío o picor, que funcionan para eso muy bien. No hay que descuidar que los hombres pueden tener fuertes sensaciones en otras partes del cuerpo como en las orejas, el cuello, las tetillas, el perineo, en el esfínter anal (aunque no todos los hombres se animan a explorar esta última zona). Es bueno explorar su cuerpo por medio de caricias, besos, el mordisco; con la vibración de un pequeño vibrador en diferentes zonas, para ir dibujando su mapa erótico, saber qué es lo que más le puede provocar una activación, un nivel de placer. 8. Ejercítese para el erotismo Es bueno que ellas se desinhiban y se instruyan en técnicas de respiración consciente para saber relajarse y potenciar las sensaciones, hasta en las que ayudan a variar las posiciones en la intimidad, e incluso, a tener orgasmos más intensos. Se recomiendan, por ejemplo, los ejercicios kegel, para mejorar la vida sexual y evitar las complicaciones del llamado piso pélvico. Estos son ejercicios que hombres y mujeres pueden practicar para hacer más fuertes sus músculos pubo-coxígeos (PC). Estos músculos se localizan en la zona que se encuentra entre el ano y los genitales. A la mujer le sirven de apoyo al útero, la vejiga y el recto. Ejercitar estos músculos ayuda a la mujer a tener mayor control sobre el área pélvica, mantener las paredes vaginales tonificadas, incitar la respuesta orgásmica y enaltecer la sensibilidad del hombre al contraer los músculos durante la penetración vaginal. Al hombre, a un mayor control del reflejo eyaculatorio. También se recomienda a ellas dominar la técnica del pompoarismo, para controlar la musculatura perivaginal. Esta se puede usar para estimular el miembro viril desde la base hasta su punta, y también realizarle una especie de masaje dentro de la zona íntima. Es lo que hacen las geishas en Japón, una técnica que genera sensaciones muy particulares en el hombre y que muy pocas mujeres occidentales manejan. 9. Técnicas para besar El beso es la cuota inicial de un acto sexual. Con él demuestra hacia dónde quiere llevar el encuentro íntimo. No empiece con un beso buscando la lengua de una, no. Lo mejor es que los besos sean de menor a mayor intensidad, que se vayan incrementando poco a poco. Empezar, por ejemplo, rozando un poco los labios (beso nominal). O con el beso palpitante: utilizar el labio inferior para rozar el de su pareja. O el beso de contacto: recorrer con la punta de la lengua los labios del otro. Son besos sutiles para precalentar. Y luego pasar a besos intermedios, por ejemplo, con mordiscos en los labios, o con succión del labio superior o inferior. Luego llegar a los besos intensos como el ‘beso giratorio’, en el cual las cabezas se mueven en sentido contrario. O el de ‘combate de lenguas’, donde estas son las principales protagonistas de la escena. Los besos deben ser creativos, que involucren diferentes acciones como acariciar, succionar, lamer, morder, chupar, soplar, que son acciones que en conjunto generan mucho placer. Que sean variados, que sorprendan. 10. Juegue y diviértase No deje de visitar tiendas y boutiques especializadas en sexo con cierta regularidad para estar al día en juguetes sexuales y recursos eróticos. Puede llevar no solo juguetes para su propia satisfacción sexual sino para su pareja. Existen juguetes para el placer de ellos, masturbadores de diferentes texturas que vibran o succionan; en variadas formas, tamaños, que brindan muchas sensaciones. Hay algunos que se pueden controlar por conexión vía bluetooth. La tecnología le da a la pareja muchas opciones que antes no tenía. Por eso, hoy puede ser su aliada. información de El País