Juan Bustos / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. La concordia y unidad, elementos movilizadores que posibilitaron la consumación por parte del movimiento Trigarante, así como la definición de símbolos de identidad nacional como los colores y el águila, son elementos que se tienen que valorar en el aniversario de la consumación de la Independencia del país, incluso más allá de la reflexión maniquea del papel del Agustín de Iturbide. En entrevista, el especialista del Instituto de Investigaciones Históricas (IIH) de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), Moisés Guzmán Pérez, en el marco del aniversario de la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México y la firma de la segunda acta de Independencia del país que nace como Imperio Mexicano, subrayó la necesidad de alejarse de la historia maniquea que muchas veces viene desde el nivel básico de educación que divide muchos procesos históricos como la lucha entre buenos y malos. Todo aniversario es un encuentro con la memoria, nos permite reflexionar a partir del presente lo que hemos sido y desde luego que septiembre es un mes muy importante no solamente porque en este se inicia la lucha por la independencia, sino también se consuma; pero además porque es cuando nace Iturbide y nace Morelos, no olvidemos que el primero nace el 27 de septiembre de 1783 y Morelos un 30 de septiembre de 1765”, explicó. Para el investigador el que únicamente se destaque el inicio de la gesta del inicio de la Independencia en 1810 y no la consumación tiene su origen en la lucha que sostuvieron liberales y conservadores durante el siglo XIX, “se dio un gran debate por definir quién era el verdadero padre de la patria: Hidalgo, quien la había iniciado, o Iturbide, quien la consumó”. Subrayó que como esa lucha no sólo fue ideológica, sino bélica, que tuvo su episodio más álgido en el Imperio de Maximiliano de Habsburgo, “triunfaron los republicanos, ellos instauraron a Hidalgo como el padre de la patria, obviamente los que perdieron que defendían a Iturbide pues quedaron relegados en la memoria porque quien tenía el poder y la autoridad en ese entonces decidía qué se festejaba y qué no”. También puedes leer: Valladolid, hoy Morelia, origen de la insurgencia que llevó a la Independencia de México El investigador apuntó que en nuestra historia se dan dos movimientos armados por la independencia: un movimiento insurgente que inició Hidalgo el 16 septiembre de 1810 y que duró prácticamente hasta 1821, y el otro es el movimiento Trigarante, que inicia el 24 de febrero del 1821 en el pueblo de Iguala y que va a terminar el 28 de septiembre con la segunda acta de Independencia. En nuestra historia es el único país de América Latina que tiene dos actas de independencia: la que dio el Congreso de Chilpancingo el 6 de enero 1813 y la que firmó Agustín de Iturbide y todo este grupo de notables concentrados en la Ciudad de México el 28 de septiembre del 1821”, recordó. Expuso que en este sentido Iturbide desde luego es un personaje que ha pasado a la historia cómo un villano, en parte se debe precisamente a esta lucha que se dio a lo largo del siglo XIX entre liberales y conservadores, pero consideró que esa manera de ver la historia ya no es suficiente porque la historia no es de buenos y malos o de ricos y pobres; en la historia participan actores de muy diversas características e ideologías, creencias, posiciones e identidades. El 27 de septiembre conmemorarlo es ineludible, pero al mismo tiempo nos tiene que llevar a una nueva reflexión, que permita hacer algo, creo yo hicieron los hombres de aquel tiempo, pero creo que hoy sigue sin hacerse por parte de los mexicanos independientemente de la filiación política, creencia ideológica o partido al que le vaya la Concordia”, dijo. Detalló que, si bien temas como la unidad fueron breves, es importante aprender de ello, debido a que en dicho periodo los combatientes que se sumaron al Movimiento Trigarante estaban cansados de una guerra de 10 años. “Hubo insurgentes que se hicieron trigarantes y que apoyaron el movimiento de Agustín de Iturbide, luego entonces, el principio de la independencia que es por lo que había luchado la insurgencia, encontraba en esa garantía respuesta a su objetivo”, dijo. Cambio en España, conservadurismo en La Nueva España Sin embargo, el académico consideró que es importante entender que la consumación se debe a una coyuntura internacional de qué pasaba en España para 1821, “sucede que en España, en enero de ese año, hubo un movimiento liberal a favor del restablecimiento de la Constitución política de la monarquía española que Fernando VII había abolido en 1814”. Frente lo que pasaba en la metrópoli, dijo, se terminó haciendo que el rey jurara la Constitución y restableciera las cortes con diputados de las provincias de todo lo que constituía la monarquía hispánica. Los diputados que estaban en Madrid comenzaron a expedir decretos radicales en torno a la Iglesia y el Ejército, cuando las élites políticas en México se enteraron que los decretos de las cortes venían más fuertes, más radicales, se afectarían sus fueros y privilegios, optaron por independizarse”, recalcó. El investigador señaló que, a partir de esto, de manera general comienza el itinerario de Iturbide con suma de los reductos de insurgentes, iniciaron un movimiento armado creando el Ejército Imperial de las Tres Garantías: religión, independencia y unión, y en el Plan de Iguala del 24 de febrero de 1821 se plantea la creación de una Soberana Junta Nacional Gubernativa”. Emperador, sólo de la Ciudad de México Tras los acuerdos de Iguala y la entrada la Ciudad de México se crea una Regencia de la que Iturbide es presidente y se crea la Suprema Junta Provisional Gubernativa, que será la responsable de establecer una Constitución, asimismo el establecimiento de un Congreso. El investigador nicolaita subrayó que pasaron los meses y se exigió el establecimiento con premura un emperador “el Congreso dice hay que esperar a las provincias y otra parte dice no, vamos a votarlo de una vez y por mayoría de votos es elegido emperador de México”. Destacó que el Imperio de Iturbide funciona sólo en la Ciudad de México, en el interior del país estaban las famosas diputaciones provinciales encabezadas en esas provincias por un jefe político que se encargaba del gobierno. Después estás diputaciones provinciales en sus respectivas jurisdicciones, van a promover un trabajo que podríamos llamar entre comillas ‘legislativo’, que iba a dar pie al surgimiento en el futuro de los congresos locales”, explicó. Expuso que mientras en la Ciudad de México estaba el Imperio de Iturbide, en provincias existían las diputaciones provinciales gobernando con ayuntamientos constitucionales que se rigen la Constitución política de la monarquía española, se siguen rigiendo bajo ese texto constitucional. El tema de la monarquía, explicó Guzmán Pérez, “no es del todo de su agrado, porque limitalas libertades y sobre todo limita a las élites políticas, el tener más margen de maniobra en los asuntos de su provincia”. Agregó que problemas económicos, hacendarios, la opinión pública y la prensa también aceleraron la caída de Iturbide, es decir, no sólo los republicanos fueron un factor para la caída de Iturbide. Va a pedir préstamos, va a perseguir a sus detractores, en fin, tendrá un periodo de gobierno que duró unos cuantos meses, no duró el año muy difícil, al final va a abdicar ala corona”. Tras su exilio, indicó, se entera que la Santa Alianza, es decir, las monarquías europeas, quieren reconquistar las antiguas posesiones para ayudar a devolver las colonias a España, Iturbide se da cuenta y vuelve a México, pero desconocía que el segundo Congreso Constituyente lo había nombrado traidor y había ordenado su muerte. Cuando llega a Tamaulipas, un antiguo subordinado lo identifica porque no venía como Agustín de Iturbide, venía disfrazado, lo aprehenden, le hacen proceso y lo fusilan en Padilla, Tamaulipas”, dijo El historiador dijo que la idea imperial no era sólo de Iturbide, la insurgencia también plantea la creación de un imperio mexicano y nos remite al antiguo imperio de los aztecas antes de la llegada de Hernán Cortés, porque además en la cultura de la época las repúblicas eran menos, lo único que se tenía eran las 13 colonias de Estados Unidos, existían la antigua tradición clásica republicana de la Grecia antigua o la república de Venecia. Detalló que era una forma de gobierno que no iba acorde a la cultura política de miles de novohispanos o futuros mexicanos, porque ellos siempre han estado acostumbrados a vivir en una monarquía, “el cambio importante es que iba a hacer una monarquía constitucional y la constitución limitaba el poder absoluto”.