Para el Área de Protección Hidrológica del Cerro del Águila se registraron 42 especies de 24 familias, siendo Parulidae y Tyrannidae las más representativas, de acuerdo con los estudios citados por el Implan. De estas, 8 se registran dentro de la NOM-059-SEMARNAT: 6 sujetas a protección especial, Attila spadiceus, Buteo jamaicensis, Junco phaeonotus, Melanerpes formicivorus, Sitta carolinensis y Vireo gilvus, una en la categoría de amenazada, Melanotis caerulescens y una en peligro de extinción Regulus calendula.
La presencia de las aves en el Cerro del Águila indica poca perturbación al ser sensibles a cambios mínimos.
En las caminatas por el cerro se escuchó el misterioso canto del jilguero (Spinus psaltria), se cruzó con el ágil vuelo del chapulín (Pyrocephalus rubinus), que va dejando una estela roja a su paso, y se observó el imponente y calculador vuelo de buitres americanos o Zopilote Aura (Cathartes aura) que se turnan los vientos con el cuervo grande (Corvus corax).
En estos recorridos también se registró un correcaminos (Geococcyx velox) que iba saltando por las hojas secas y que no intentó huir, pero mantuvo su distancia.
Sin embargo, el vislumbramiento de otras especies tiene una condición: guardar silencio y no moverse. La Voz de Michoacán realizó estos recorridos, no con la intención de invadir los espacios, sino que en visitas con sumo cuidado y respeto, poder dar a conocer a la población la belleza y la variedad de la flora y la fauna, así como crear conciencia acerca de la multitud de beneficios que la conservación de estas formas de vida tiene para la nosotros mismos.
Andar sobre las hojas secas del bosque de encino provoca un ruido fuerte y escandaloso que alerta a los animales en su hábitat, que sólo continúan sus tareas hasta asegurarse de que no hay peligro. Las aves, principalmente colibríes y jilgueros, así como el chapulín, pueden verse y escucharse si por rato se guarda silencio, incluso el golpeteo sobre la madera de un pájaro carpintero bellotero (Melanerpes formicivorus) pudo ser captado.
En uno de los recorridos se logró ver a una familia de pájaros carpinteros que picaban la madera en dos árboles de encino. Este ruido se dispersa a varios metros a la redonda. Este fenómeno, que debería ser ininterrumpido, se captó, desafortunadamente, justo en árboles enraizados en la división de una de las nuevas huertas de aguacate. Platicando con propietarios, comentaron que quizá el agua los hace quedarse en las periferias de las huertas, “ignorando que el agua que las está hidratando proviene de algunos que pueden convertirse en su peor amenaza”.
De acuerdo con una encuesta realizada a través de redes sociales por La Voz de Michoacán, 80 por ciento de los encuestados considera que en el municipio de Morelia no existen especies como Melanerpes formicivorus, Pyrocephalus rubinus, Cathartes aura, Buteo jamaicensis. Ya sea por su exótica apariencia o las creencias de que habitan sólo en lugares lejanos en otros países. Sin embargo, es justo el tesoro natural del Cerro del Águila, que dentro del municipio de Morelia preserva esta invaluable biodiversidad.
Mamíferos habitantes y endémicos
Tres especies de mamíferos son endémicas al estado de Michoacán: Rhogeessa mira, Peromyscus winkelmani y Zygogeomys trichopus, que son un murciélago, un ratón de campo y una tuza, respectivamente. Dentro del Programa de Manejo de la Zona Sujeta a Preservación Ecológica “Manantial La Mintzita" y su Zona de Amortiguamiento, del municipio de Morelia, se tiene un registro de 29 especies agrupadas en 12 familias, entre los cuales hay presencia de mastofauna, meso fauna, como es el caso del coyote (Canis latrans), el tlacuache (Didelphys virginiana) y varias especies de ratones de campo.
Dentro de la zona que se busca proteger se tienen registradas 20 especies distribuidas en 8 familias, donde las más dominantes son Soricidae y Cricetidae (musarañas y roedores)
A partir del trabajo propio de campo se registró y capturó una imagen de excremento de venado, además de la evidencia capturada de hombres cazadores de conejos de campo; sin embargo, estos dos mamíferos no se incluyen en las 20 especies que tiene registradas el proyecto liderado por el Implan “Área Natural Protegía Hidrológica Cerro del Águila”.
Gil Sosa, propietario de un predio en el Cerro del Águila, cuenta que hace años –no se sabe quiénes- soltaron venados y que estos son vistos con frecuencia: “En reuniones que tuvimos entre ejidatarios, propietarios y el Implan, les hice la observación de que había datos que no se estaban incluyendo en la información que se tiene como oficial, como es el caso de los conejos y venados. Incluso hay quienes aseguran que hay felinos”, señala Gil Sosa.
Los mamíferos contribuyen en el flujo energético consumiendo grandes cantidades de alimento, diseminando semillas, transportando micorrizas y removiendo los suelos, entre otras labores naturales.
Peces, anfibios y reptiles
Dentro de la zona de La Mintzita se registraron 13 especies de peces de 5 familias, de las cuales 9 son especies nativas y 4 son introducidas. Dentro de esas especies dos se encuentran amenazadas, de acuerdo con la NOM-059-SEMARNAT: Skiffia lermae y Zoogoneticus quitzeoensis.
La transformación del hábitat, contaminación de los cuerpos de agua, sobreexplotación de las especies e introducción de especies exóticas son la principal razón de que poco más de la mitad de las especies que habitan el territorio mexicano se encuentran en algún grado de riesgo de extinción, por lo que los anfibios y reptiles se encuentran en una situación de conservación muy compleja, por lo que para garantizar la permanencia de estas especies a futuro es necesario realizar -ya- acciones que vayan encaminadas a la conservación del hábitat de estas especies, recalcan especialistas citados, quienes han estudiado y publicado al respecto como José Luis Aguilar López y Luría Manzano.
Vegetación vulnerable
La gran necesidad de decretar el Área Municipal de Protección Hidrológica “Cerro del Águila”, incorporándola al Sistema Municipal de Áreas de Valor Ambiental, permitirá resguardar vegetación ampliamente distribuida en la zona de bosque, considerada frágil y altamente vulnerable, principalmente ante el efecto del establecimiento de huertas de aguacate y al crecimiento de la mancha urbana. Protegerá al menos 20 especies de hongos, y mil 631 de flora, salvaguardando así la variedad genética que representa.
El Cerro del Águila se encuentra expuesto a distintas presiones, como incendios forestales, cambio de uso de suelo y deforestación, principalmente con el fin de establecer cultivos agrícolas, frutícolas, pastizales y la limpieza de los mismos. Esto tiene consecuencias directas en la erosión del suelo, reducción en la calidad y disponibilidad del agua, alteración del balance hidrológico, entre otros.
Los recorridos permitieron confirmar que las partes bajas de la zona tienen presión por el crecimiento de los asentamientos humanos, ganadería extensiva y agricultura, por lo que se presentan grandes niveles de erosión del suelo; sin embargo, una de las mayores preocupaciones es el crecimiento de las huertas de aguacate, las cuales se han ido extendiendo hacia las zonas altas del cerro, cambiando la cubierta de áreas que presentaban un buen estado de conservación.
A pesar de ello el Cerro del Águila sigue siendo una de las zonas mejor conservadas del municipio, ya que alrededor del 70 por ciento de su área se encuentra cubierta por vegetación arbórea y arbustiva.